Pierde Puigdemont

Pierde Puigdemont. El Tribunal de primera instancia de la UE ha confirmado que el Parlamento Europeo hizo bien cuando le retiró la inmunidad hace dos años. El fugitivo, y sus colegas, pueden recurrir, claro. Pero de momento la sentencia es ya aplicable. Eso quiere decir que el Tribunal Supremo español puede reclamar otra vez su detención en Bélgica. Si lo hace, tendrá más oportunidades de lograrlo, porque gracias a la reforma que ha suprimido la sedición en el Código Penal, que es lo que contrariaba a Bélgica para entregar al prófugo, las cosas le serán en principio más fáciles a los jueces españoles. Pues por malversación y desobediencia, que es de lo que se les puede acusar, no hay excusa para que no lo entreguen. Así que la eurodiputada del PP, Dolors Montserrat, que ha lamentado la supresión de la sedición, no sabe de lo que habla en este caso: eso es lo que permitirá eventualmente el retorno del expresidente catalán para afrontar sus responsabilidades.

Jurídicamente este paso no es definitivo. Pero sí muy significativo. Porque rompe una cierta dinámica ganadora de los de Waterloo en tribunales nacionales de los 27. Ahora se trata del tribunal por así decirlo federal, superior, de los europeos. La derrota es muy amarga para los huidos no retornados desde hace casi seis años. Invalida la eficacia de todos sus gestos. Y además, el alto tribunal de Luxemburgo invalida sus ocho alegaciones contra la Eurocámara. La más importante es que nadie pretendió dificultar su labor como diputados. Por eso gana, de momento, junto a la Cámarea, el sistema judicial español, porque se reconoce que no se les quería perseguir por política, sino por violar la ley.

Sin mofa a los perdedores, reconozcan que algunos han caído en el ridículo. El secretario general de Junts y antiguo preso, Jordi Turull, pronosticó hace una semana que hoy “sería una fiesta en toda Cataluña” en honor a los que profetizaba como vencedores. Pero hasta sus más fieles se han quedado en casa.