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'Del color de la leche', una voz contra los abusos 200 años antes del #MeToo

Hablamos con Nell Leyshon de su novela 'Del color de la leche', escrita hace una década y que acaba de adaptar al teatro. Nos cuenta la historia del precio que tiene que pagar una niña por aprender a leer y a escribir. Un testimonio que nos interpela contra los abusos, previo al Movimiento #MeToo

'Del color de la leche', una voz contra los abusos 200 años antes del #MeToo

'Del color de la leche', una voz contra los abusos 200 años antes del #MeToo

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Los derechos de las mujeres no están garantizados en ningún lugar del mundo y pueden revertirse. Lo hemos visto en países como Afganistán y en presuntas democracias avanzadas como la de Estados Unidos. Todo es reversible. El analfabetismo, el derecho a la educación en general y el de las mujeres y marginados en particular, junto con la tradición oral atraviesan la obra de Nell Leyshon (Glastonbury, Reino Unido,1962). Novelas recientes como El bosque o La escuela de canto recogen el poder de la educación para poder desarrollarse personalmente y expresar la verdad al mundo. Pero la prestigiosa dramaturga británica se hizo internacionalmente conocida gracias a Del color de la leche, un libro publicado hace 12 años, que conmovió a crítica y público. Fue elegida Novela del Año en 2014 por el Gremio de Libreros de Madrid. Los tres los ha editado Sexto Piso en España.

Del color de la leche nos cuenta la historia de Mary, una niña de 15 años en 1831. Mary trabaja en la granja familiar, cuida de su abuelo y es analfabeta. Hasta que un día se traslada a la casa del vicario para cuidar a su mujer enferma. Allí pagará un alto precio por aprender a leer y escribir. Nell Leyshon ha adaptado este libro al teatro. Del color de la leche se estrena este jueves 25 de abril en el Teatro de La Abadía de Madrid, dirigida por Fernando Bernués, al frente de la compañía vasca Tanttaka Teatroa, que celebra 40 años. Hemos conversado con Nell Leyshon gracias al apoyo del British Council en España, que ha organizado un encuentro con el público tras la función del viernes 26 de abril. Agradecemos también que la escritora haya querido hacer el esfuerzo de conversar con nosotros en español.

Cubierta de &#039;Del color de la leche&#039;, de Nell Leyshon

Cubierta de 'Del color de la leche', de Nell Leyshon / Sexto Piso

Has escrito prosa, teatro y obras radiofónicas. Del color de la leche es una obra muy teatral, ¿la concebiste para ser representada? ¿Cómo surge la idea de adaptarla y cómo ha sido el trabajo entre Fernando Bernués y tú?

Bueno, hay tres preguntas. La primera es muy interesante, porque cuando escribí la novela, no estaba pensando en adaptarla al teatro y no entiendo por qué. Creo que cuando escribes algo, no se puede ver todo, todas las posibilidades que hay. A veces necesitas alguien más para abrir otras posibilidades. Cuando escribes, no eres objetiva. Empecé a trabajar con Fernando hace cinco o seis años, en Barcelona, en mi segunda obra teatral, Comfort me with Apples (confortadme con manzanas), que es una frase de la Biblia, de la Biblia antigua de Inglaterra, que tiene un lenguaje muy de Shakespeare. Cuando la vi en el Teatro Lliure, y eso que la obra era en catalán y no entendí mucho, me encantó. La puesta en escena era increíble y cómo había trabajado con el texto. Me encantó. Entonces hablamos, hablamos durante días, semanas y meses sobre Del color de la leche, hasta que dije vamos a hacerlo. Al principio yo no quería, porque tenía demasiado trabajo, pero llegó el COVID y perdí todo el trabajo. Así que me puse a escribir la adaptación y para mí, revisitar a Mary ha sido un regalo. Creo que nos encontramos en Londres durante dos días para hablar sobre la adaptación y trabajamos un poquito. Era muy complicado, porque la novela es en inglés, yo escribo siempre en inglés y no puedo escribir en español. Así que la escribí en inglés, se la pasé a Fernando para la traducción y se ha encargado de ella Mariano Peyrou, un poeta brillante.

Más allá de la traducción, ¿qué ha sido lo más complicado de la adaptación?

Hay dos cosas muy importantes en la obra que no pueden ser como en el libro. Una que en el libro Mary pasa mucho tiempo escribiendo y en el teatro no puedes poner a una actriz como Mary en una esquina escribiendo, sería muy aburrido. En el teatro hay un sentido de urgencia, Mary tiene muy poco tiempo para escribir su historia, para contarla, como testigo de la historia que es. Así que tuve que cambiar una cosa muy profunda en la novela, para escribir la obra. Y la otra es... bueno, el final, que es un poquito brutal.

Escribiste la novela hace más de diez años y ahora la estrenas en el teatro en un momento diferente. Llega después del Movimiento #MeToo que hemos visto en todo el mundo. ¿Cobra un nuevo significado la historia? Este movimiento feminista, que recoge testimonios como el de Mary, ¿ha afectado de alguna forma a la adaptación?

Creo que sí, porque estaba pensando en si la novela no se había quedado un poco anticuada o desfasada. Pero creo que no, porque es la historia de todas las mujeres del mundo. No solo de aquí en Londres, también en el mundo, en Latinoamérica, por ejemplo, en todo el mundo. Y las voces de las mujeres, las historias y los cuentos de las mujeres son muy, muy, muy importantes, porque tienen experiencias diferentes y muy particulares con el poder, con las estructuras de las sociedades. Así que sí, creo que después del MeToo es más importante que antes, en cierto modo.

Escena &#039;Del color de la leche&#039;

Escena 'Del color de la leche' / Mikel Martínez

En esta adaptación, Mary se dirige directamente al público y nos dice: esta es mi historia, esta es mi verdad. Creedme. ¿Qué fuerza cobra que Mary se dirija así al espectador?

Sí, es fuertísimo, porque Mary habla directamente el público en el teatro y hay que escucharla. En Bilbao, en diciembre, nadie se movió en el teatro, nadie. Increíble, un silencio increíble. Creo que Mary tiene una voz tan poderosa, que hay que escuchar la, no hay opción.

Decías que temías que se hubiese quedado un poco desfasada o anticuada, pero independientemente del MeToo, en 200 años las mujeres siguen viviendo también bajo el patriarcado, un sistema machista y muy violento. Y vemos también que, a medida que las mujeres ganan más derechos o tienen más voz, ese patriarcado se revuelve también violentamente. No sé si es algo que te preocupa, estos retrocesos en los derechos de las mujeres que estamos viendo en todo el mundo.

Bueno, lo que he aprendido en el mundo es que los derechos no son fijos. Los derechos son cosas de una sociedad y pueden revertirse, como en Estados Unidos, por ejemplo, han cambiado del todo. Así que se puede otorgar un derecho, pero no es algo fijo. Necesitamos estar muy vigilantes todo el tiempo, porque las cosas pueden cambiar. Con Trump ha cambiado todo y con las redes sociales hay un gran movimiento antifeminista. No sé cómo es en España, pero con hombres como (el influencer) Andrew Tate la misoginia crece mucho más que antes. Así que necesitamos ser muy, muy, muy vigilantes todo el tiempo y escuchar la experiencia de las jóvenes. Sobre todo porque las chicas de hoy, de 14 o 15 años, forman parte como de un gran experimento social. Están solas en ese experimento, porque nadie sabe qué pasa en los móviles de las jóvenes, en esos mundos artificiales o digitales en los que se mueven. Me preocupan muchísimo estas preguntas, como qué hacer a los 15 años ahora. Hay problemas diferentes a los que tenía Mery, pero sigue habiendo problemas y necesitamos escuchar a todos.

Hay dos cosas que tampoco han cambiado. Una de ellas es el sentimiento de culpa que que sienten las mujeres que han sido agredidas sexualmente. El preguntarse si es culpa mía, si me lo he imaginado o si he dado yo pie a esta situación. ¿Escribir y la literatura nos ayuda a todos en general, pero a las mujeres en particular, a liberarnos de esa culpa?

[Responde en inglés]

Tenemos que reconocer lo que ha pasado, porque si le reconocemos a una mujer lo que le ha pasado, otra mujer hablará, otra y otra hablará. Y eso tiene un poder tremendo, porque una voz puede ser silenciada, pero no se puede silenciar tantas voces. El MeToo es eso, una mujer que se levanta y dice 'esto me ha pasado' y otras mujeres se unen a ella. En vez de hacer sentir culpables a las mujeres, hay que creer sus historias, reconocerlas, decir a mí también me ha pasado. A una mujer le puedes hacer luz de gas y decir que se equivoca, pero no se lo puedes decir a cien mujeres. Y si son miles de mujeres, ¿cómo las vas a silenciar? Así que tenemos que estar unidas en cómo abordamos estos problemas.

Y para ello ayuda la literatura, contra el propósito de silenciar a las mujeres, que es algo de lo que también se habla en la obra. "Saber cosas trae problemas", dice la madre. "No hay que pensar demasiado". "Tienes que aprender a callarte". Podemos decir que hoy la literatura vive un buen momento con tantas voces femeninas escribiendo.

Exacto. Y en español, que es fuertísimo. En México, en Perú o en Argentina hay escritoras increíbles. Sus palabras son muy fuertes y me inspiran.

Escena de &#039;Del color de la leche&#039;

Escena de 'Del color de la leche' / Mikel Martínez

Hay otros dos pequeños asuntos que también aparecen de pasada en la obra, tanto en la novela, como en la adaptación de teatro. Uno de ellos es quién va a cuidar al abuelo. Los cuidados que siempre recaen sobre las mujeres desde hace más de 200 años. ¿Cómo se puede romper esa herencia, la de los cuidados, que siempre cae sobre las mujeres?

Necesitamos entender que el género es una trampa para mujeres, pero también es una trampa para los hombres. Y es muy importante incluir a los hombres en las conversaciones, porque la masculinidad tiene muchos colores y puede tener muchas formas, más formas de las que hay ahora, porque hoy no necesitamos ser hombre o mujer y eso es bueno. El género es más complicado y necesitamos entenderlo. Por ejemplo, hoy es muy normal ver a los hombres con niños o con bebés en la calle, ellos solos. En los 50, 60 o 70, en la época de mi madre, eso no pasaba. Me dijo que la única vez que vio a un hombre con un bebé, fue porque había muerto la madre. Era rarísimo y todo puede cambiar. Me alegra que los padres ahora tengan un papel muy diferente y mucho más rico, mucho más potente. Así que necesitamos investigar, todos, la masculinidad y la feminidad.

El otro asunto es el del clasismo y me ha recordado un poco a La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, donde veíamos cómo la criada mayor trata mal y con superioridad a la criada joven que acaba de llegar. Y es un poco lo que le pasa a Mary. Parece que siempre, por muy pobre que seas, hay alguien más pobre que tú a quien pisar. Y al final el sistema tiene peleando al proletariado entre sí y no miramos a los que nos pisan desde arriba, ¿no?

Me interesan muchísimo los sistemas del poder. Releí La casa de Bernarda Alba hace dos semanas, qué interesante. Me interesan muchísimo las obras de Lorca, me encantan, la escritura y la dramaturgia son increíbles. Creo que a él también le interesaban los sistemas de poder y los sistemas de poder no son fijos, podemos cambiarlos y mucho. Los humanos somos muy flexibles, podemos cambiar los sistemas fácilmente y los liderazgos. Un líder no es una persona muy dominante, puede ser muy diferente e inclusivo. Cuando un empleado entra en un sistema, por ejemplo, hay opciones. Puedes comportarte con él como la criada con Mary en Del color de la leche o en La casa de Bernarda Alba, que es lo que pasa sobre todo en los pueblos, o puedes tratarlo con amor y compasión. Y lo interesante es que los resultados son mucho mejores si es con amor y compasión y no con dominancia. Si estamos cómodos, trabajamos mucho mejor, porque tu cuerpo y tu mente son más libres. Así que sí, me interesa muchísimo cómo funcionan los humanos en sistemas diferentes.

Ana Wagener: &quot;Bernarda es una mujer que está agotada, superada, y en eso podemos reconocernos todos&quot;
Itziar Garmendia en una de las escenas del montaje de Tanttaka

Itziar Garmendia en una de las escenas del montaje de Tanttaka / Mikel Martínez

Es una obra muy dura, con escenas muy duras. Has dicho que el público en Bilbao se quedó quiero y en silencio. Cuando cuando lee el libro, si le resulta muy duro, puede parar y seguir más adelante. Pero en el teatro no. ¿Cómo mostrar toda esta dureza, escenas tan violentas, para que no le resulte insoportable al espectador?

Qué interesante. Bueno, es el teatro. Es el mundo del teatro.

[Sigue respondiendo en inglés]

En una obra de arte o de teatro, puedes usar la ambientación, la puesta en escena para transformar algo terrible, duro o complejo en algo bello. Todo cambia y la personalidad y la fuerza de Mary pueden también cambiar todo en cualquier momento. Así que, aunque estemos viendo algo insoportable, hay algo más, un cambio repentino. Mary tiene mucha resiliencia y a pesar de todo lo que le pasa, tiene fe en la humanidad y esta esperanza recorre el libro y la obra de teatro. Además, mientras la vemos, sabemos que las cosas están cambiando para las mujeres, para las próximas Mary las cosas serán diferentes. Me gusta pensar que el libro, que es contar su historia, ayudará a cambiar las cosas en el futuro para otras mujeres.

A pesar de todo, por aprender a leer y a escribir, ella dice que volvería a pasar por todo eso tan trágico. ¿Es ese el mensaje de esperanza o de fe en la humanidad al final?

Bueno, para mí escribir y leer es poder. Es parte de mi vida, siempre he sido lectora. Si no se puede escribir y no se puede leer, la vida es muy diferente. En los países con sistemas donde no se puede escribir y leer, no se puede hacer nada. Trabajé durante ocho años con la comunidad gitana en Inglaterra y una mujer me inspiró. No podía leer ni escribir una palabra. Ella era una mujer increíble, con una inteligencia, un sentido del humor, muy vital. Pero para ella era muy, muy, muy difícil vivir en este mundo. Y no tenía ningún poder en ninguna parte del mundo. Ahora soy escritora, pero fui profesora de adultos que querían continuar su educación e ir a la universidad. Algunas eran personas más mayores que yo y es increíble el poder de la educación. Yo personalmente fui a la universidad estando embarazada y tuve a mi bebé en la universidad. Para mí cambió todo. Creo mucho en la educación.

Y así lo recoges en otros trabajos tuyos, el poder transformador de la educación y especialmente en las mujeres. Mary en esta obra pide al público observar y escuchar. Pero, ¿qué lugar ocupa la lectura o el teatro en estos tiempos tan acelerados, de distracciones digitales y pantallas y donde hay muchas vacas que ordeñar, huevos que recoger y mierda que limpiar?

Uf, qué preguntas más interesantes. Mira, anoche fui al teatro. La semana pasada fui al teatro dos veces, a un concierto y a la ópera, y estaban llenísimos de gente y de jóvenes de todo el mundo, muy multicultural, muy diverso aquí en Londres. Y creo los jóvenes pueden vivir en los dos mundos, el analógico y el digital, entienden que hay mundos diferentes de la cultura y de la educación. Y son muy ágiles, las personas de mi edad no somos tan ágiles con los móviles como ellos. Así que hay mucha cultura y la digitalización trae cambios muy interesantes para el futuro. Por ejemplo, hay una biblioteca no recuerdo dónde en la que los jóvenes tienen que dejar sus móviles en una caja al entrar. Tienen libros y algunos duermen en la biblioteca toda la noche, con los libros, leyendo, durmiendo, leyendo. No sé cómo es en España, pero en Inglaterra, el año pasado hemos leído y tenido más libros que nunca en la historia. El año en el que se han vendido más libros de lo que llevamos de siglo. Así que, no sé, tengo un poquito de fe.

Escena de &#039;Del color de la leche&#039;

Escena de 'Del color de la leche' / Mikel Martínez

Una última pregunta para terminar. Hablabas antes de Comfort me with Apples y aquí también aparece la Biblia. ¿Es la Biblia un buen libro para empezar a leer? ¿O está escrito también desde el patriarcado?

Jajaja, uf, ¡qué preguntas, Dani! Qué interesante. El lenguaje en inglés es como Shakespeare, es poesía. Y es por eso por lo que me interesa. Soy de una familia de ateos, pero cuando era pequeña leí una Biblia antigua y el lenguaje era tan increíble, es como poesía, tienen un ritmo que me interesó más que su sentido. Bueno, todas las religiones tienen problemas si eres homosexual, si eres mujer, si eres... bueno, marginal de alguna manera. Tienen problemas porque la Biblia es una forma de controlar la sociedad. Tiene reglas, para mí son como normas para controlar la sociedad. Algunas normas son buenísimas y algunas son buenísimas solo para los que tienen el poder, pero si no se tiene poder, es diferente. Así que depende en dónde estás para la Biblia. Ahora el mundo tiene muchos puntos de vista, es muy multicultural, así que hay que incluir a toda la gente en la conversación, en una gran conversación. Y para mí, hay gente que no está en la Biblia.

Nell Leyshon

Nell Leyshon / Imagen cedida por la autora

 
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