¿Cómo perdió Valle-Inclán el brazo? Así es la desconocida pelea entre el escritor y Manuel Bueno

Con la celebración del Día del Libro y Sant Jordi, se culmina una semana cargada de literatura y grandes autores. Y es que han sido unos días llenos de éxitos y buenas noticias para los escritores.

En la academia de saberes inútiles Marta Fernández explica cuáles han sido algunas de las enemistades más famosas dentro del gremio de los escritores. Además, indaga en las formas que ha habido de insultarse entre literatos y es que nadie insulta mejor que un escritor.

La veda la abrió Mark Twain. Y es que no se metía con pequeños escritores, su blanco fue la autora de una de las novelas más vendidas, y la superventas en su época, Jane Austen. “Cada vez que leo Orgullo y Perjuicio me dan ganas de desenterrarla y golpearle el cráneo con su propia tibia”, pronunció Twain.

Pero la cosa no se queda aquí, ya que Fernández ha aportado otras "perlas" sobre la inquina que tenía con Austin: "Jane es completamente imposible de leer. Es una lástima que la dejaran morir de muerte natural”, pronunció Twain. Ante todos estos agravios, Marta Fernández no ha dudado en preguntarse: ¿se puede ser más bestia, Twain?

Otro de los blancos de este escritor fue el mismo Fenimore Cooper. Un autor que vendía también su momento sus novelas "como churros". Sin embargo, esto no fue un impedimento para Twain, pues le dedicó las siguientes palabras en uno de sus escritos: “en el restringido espacio de dos tercios de página, Cooper consigue 114 ofensas contra el arte literario de las 115 posibles, ha batido todos los récords”.

Los enfrentamientos entre literatos españoles

La cadena continua, y es que en esta Academia de saberes inútiles se ha conocido que Pío Baroja también tiene su protagonismo. Marta Fernández relata que Hemingway admiraba mucho a Baroja, y en su lecho de muerte decidió venir a visitarle. La cosa no se queda aquí, advierte Fernández, y que la visita venía acompañada de un fotógrafo para inmortalizar la escena.

Además, Hemingway "se plantó en casa de Baroja con una botella de whisky, un jersey de lana y unos calcetines, uno de sus libros, Adiós a las armas. Baroja respondió: "Pero ¿Qué coño hace este aquí?". Tres semanas después murió, tilda Fernández.

"Aunque el bueno de don Pío también era muy de criticar", recalca. Y es que con Valle-Inclán empezaron siendo muy amigos, pero se distanciaron poco a poco con los años. Además, hablando de Inclán, él fue uno de los escritores que protagonizó "la pelea más bestia de la literatura en español".

Y es que la causa por la que el escritor perdió uno de sus brazos, concretamente el Izquierdo, fue por la complicación de una herida que se hizo con el gemelo de su camisa después de protagonizar una trifulca política en un bar de Madrid. Tras golpear a Manuel Bueno con un bastón, se rompió el hueso que acabo complicando la situación.

Sin embargo, recalca Marta Fernández que a los días, tras la amputación de su brazo, el escritor volvió al mismo bar y se dirigió de nuevo a Bueno diciendo que "me queda aún el brazo derecho" que era el brazo con el que escribía.