Que no te tomen el pelo

Quedarse calvo es una faena. Y como todo lo relacionado con el físico puede ser motivo de complejos e incluso depresiones. Por eso, en un acto de fe desmedida, muchos confían y se atreven a cualquier cosa con tal de disimular la calva o conservar hasta el último pelo que les quede.

De una media de 100 mil pelos, lo normal es que se pierdan unos cien diarios, y que poco a poco vuelvan a salir. El problema es cuando tu herencia genética impide su recuperación. El vello se debilita y acaba desapareciendo por completo.

Por una vez la culpa no es de la crisis. Calvos ha habido desde mucho antes de que se crearan las agencias de calificación. E intentos para remediarlo también. Hipócrates, por ejemplo, probó con un brebaje a base de rábano picante y excrementos de paloma. Vaya usted a saber qué relación encontraría entre una cosa y otra. El éxito fue el mismo que consiguieron los egipcios con sus lociones a base de grasa de animales: ninguno. Por mucho que se empeñara Cleopatra, ni osos ni ciervos devolvieron esplendor a la brillante cabeza de Julio César.

Aunque semejantes ocurrencias nos parezcan increíbles lo cierto es que tampoco hace falta irse tan atrás en el tiempo. Al sonido de la desesperación acuden algunos aprovechados dispuestos a ofrecer curas milagrosas. Crecepelos infalibles, lociones garantizadas y multitud de prácticas caseras. Total, por probar no pasa nada. Y si funciona...

Pero no funciona. Ni masajes, ni medicamentos, ni tratamientos anti caída. Ni remedios caseros a base de berros, albahaca, lino, aloe vera, cebolla, etc.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

El doctor Horacio Foglia, médico jefe de Medical Hair, asegura que si la alopecia es androgenética la única solución que hoy por hoy se puede aplicar es la del transplante. Los microinjertos de pelo propio que ya no dejan el aspecto conocido como "pelo de muñeca" y que, ellos aseguran, no se cae.

Arturo Echegoyen, gerente de nomascalvos.com, le veía demasiados contras a lo de los injertos y probó una opción menos dolorosa: la integración capilar sin cirugía o, lo que es lo mismo, las pelucas de última generación. Se trata de implantes de pelo natural que se adaptan y adhieren al cuero cabelludo. Duran unos 8 meses y al cabo de ese tiempo tienes que cambiarla por otra.

Mientras que la investigación con células madre para combatir la calvicie no ofrezca resultados probados. Estas son las únicas opciones para lucir pelo.

Claro que siempre se puede elegir llevar orgulloso (o orgullosa) la cabeza pelada como hacen Bruce willis, Pep Guardiola, Luis Tosar o el tenista André Agassi que, en sus memorias, confesó que llevaba peluca. Y que perdió su primera final de Grand Slam en Roland Garros (1990) porque estaba demasiado pendiente de que no se le cayera el postizo. Se lo pensó mejor y finalmente se rapó. Y ahí está. Tan sexy como cualquiera de los anteriormente citados.

¿Qué has llegado a probar para no quedarte calvo?