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Cine y TV

Las críticas de 'La Script'. Semana de espías lacónicos, sustos y cursiladas navideñas

'El topo'. El anticristo de James Bond

Hay que tener agallas para atreverse a adaptar ‘El Topo’, la novela cumbre de espías que John Le Carré publicó en 1974, y que protagonizó Alec Guinness en una miniserie de la BBC en 1979. Este nuevo proyecto llegó a oídos del novelista, que dio sus bendiciones al director sueco Tomas Alfredson, quien ya había sorprendido al mundo con su gélida y tierna historia de la niña vampira, 'Déjame Entrar' (2008). ¿No había un bicho más raro en la lista de candidatos?

‘El Topo’ es una extraña película para el siglo XXI. Es lenta, nórdica, de atmósfera densa y guión enrevesado. Tan enrevesado que uno se pierde en la maraña de traiciones, pero te quedas con la sensación -totalmente conseguida- de entrar en el fascinante mundo de los agentes de la Guerra Fría. Un suerte de club de cerebros calculadores, políglotas y muy retorcidos. El polo opuesto de un hombre de acción seductor.

Inglaterra, 1973. Hay un topo en la cúpula del MI6, y tras ser destituido, el veterano y silencioso agente George Smiley (Gary Oldman) tiene la misión de desenmascarar al traidor. Oldman compone su propio espía lacónico, diferente al de Guinness, un tipo abrasado por la amargura. El feísmo de los años 70, los tonos ocres y una luz tamizada y polvorienta arropan a un impresionante reparto de primeras figuras del cine británico, como Colin Firth y John Hurt, que se ponen al servicio de la historia con total discreción y humildad.

Sin caer en la tentación de introducir la premura del videoclip, ‘El Topo’ consigue ser un frenético thriller con silenciador. Las puñaladas traperas de ese equipo de estirados espías se consuman en forma de sutil mirada. La deslealtad que se respira en 'El Topo' es tan actual como las guerras de poder que ahora mismo están teniendo lugar en cualquier embajada o despacho. Envueltos en nubes de humo de tabaco, los espías de Alfredson son el anticristo de James Bond. Afortunadamente.

'Immortals'. Sangre pixelada (D. MARTOS)

'Immortals' es la tercera película del director Tarsem Singh, que nos tiene reservada para 2012 la manzana envenada de 'Blancanieves' -con Julia Roberts como malvada madrastra- y que se estrenó en el año 2000 con 'La celda'. Lo primero que se ha de tener en cuenta a la hora de enfrentarse a la película es que nos encontramos en un plano alejado de la realidad, en la Grecia Antigua, en un tiempo en el que se entremezclan los dioses y los hombres. Los paisajes son impresionantes -y agrestes, no hay ni una sola planta-, pero las interpretaciones no lo son. Al frente del reparto está Henry Cavill -el futuro Supermán de 'Man of Steel'- que no parece poner toda la carne en el asador en su papel de Teseo.

Este campesino, hijo de una madre violada, aparece en las visiones fantasmagóricas de una virgen-oráculo, así como suena, interpretada por Freida Pinto. En la ensoñación, Teseo consigue un mítico arco que acabará con la tiranía de Mickey Rourke [el rey Hyperión], oculto tras una tupida barba. Cabe destacar la aparición estelar de John Hurt, interpretando a Zeus encarnado en hombre. 'Immortals' encantará a los amantes de las batallas sangrientas (y digitales), y presumiblemente será muy taquillera... pero no sorprenderá su ausencia en los grandes premios.

'No tengas miedo a la oscuridad'. Un Guillermo del Toro... a medias

El director mexicano Guillermo del Toro es tan brillante que no tiene tiempo material para dar rienda suelta a su creatividad. Ese exceso de genialidad lo ha canalizado, en esta ocasión, cediendo la dirección al dibujante de comics Troy Nixey, que debuta llevando a la pantalla el guión de Del Toro. Se trata de una vieja obsesión relacionada con un telefilm de 1973 ('Don´t be afraid of the dark') que aterrorizó al cineasta mexicano durante la infancia, y en la que ha trabajado desde 1993 con la idea de hacer un personalísimo remake de aquella historia de unas criaturas, de la típica mansión encantada, que quieren apropiarse de la esposa del matrimonio.

La diabólica (y juguetona) presencia de Del Toro invade la atmósfera de esta película, que escarba en los miedos infantiles y convierte en escalofriante al ratoncito Pérez. Katie Holmes y Guy Pierce interpretan a una pareja de interioristas que restauran la casona de un pintor que desapareció misteriosamente en el siglo XIX. Al recibir la llegada de la hija de Pierce, la actividad sobrenatural de unas ratoniles criaturas se dispara.

La dirección de actores es floja, y se nota que la inmensa personalidad del mexicano no estaba en el lugar del rodaje. La primera hora del metraje es una lenta inmersión en el mundo de los bichos que van enredando a la niña, y que resulta agónicamente lenta. El trío protagonista no consigue establecer una corriente de tensión emocional entre ellos. 'No tengas miedo a la oscuridad' despierta cuando aparecen las criaturas malignas, una repulsiva mezcla de humanos y ratas, y dan la cara ante el espectador. Ahí sí que se ve la mano de Guillermo del Toro, que deja un trabajo esbozado y a medias.

'Route Irish'. Ken Loach sermonea sobre Irak

Loach tiene 75 años y todavía le quedan causas por las que luchar. A su capacidad de indignarse no le han salido canas, y sin embargo hay temas que le pillan demasiado lejos y en los que ha perdido garra. 'Route Irish' es una denuncia de la guerra de Irak y las atrocidades cometidas por los gobiernos occidentales que invadieron, asesinaron y ganaron dinero sin rendir cuentas a nadie.

A Loach le gusta contar la Historia a través de las vivencias de los pequeños protagonistas, seres humanos aplastados por las decisiones de otros. 'Route Irish' es el nombre de una de las carreteras más peligrosas de Bagdad, sembrada de minas y francotiradores. Está inspirada en los testimonios de soldados que han sufrido un shock, un duelo por la violencia en la que vivieron. Según los psicólogos que les atienden, padecen un duelo por sí mismos que puede durar hasta 17 años. Solo quieren volver a ser las mismas personas de antes de la guerra. La teoría y la denuncia es intachable, pero la puesta en escena es correosa y dogmática. Los personajes no respiran la verdad ni los detalles que conmueven. Lamentablemente, denunciar atrocidades no garantiza una buena película, que en este caso resulta una fría y teórica regañina.

'Noche de fin de año'. De vergüenza ajena

Después del éxito de la comedia facilona 'Historias de San Valentín' (2010), el director de 'Pretty Woman' (1990), Garry Marshall, ha sacado la máquina de hacer billetes, pero no buen cine. El truco consiste en mostrar a un montón de estrellas por minuto y hacer un ponche de comedieta ligera y sentimental con la Nochevieja de fondo. Robert De Niro con cáncer, Sarah Jessica Parker despeinada, Michelle Pfeiffer desquiciada, Halle Berry en bata de enfermera, Hillary Swank y sus dientes, Ashton Kutcher en pijama y Jon Bon Jovi repeinado.

'Noche de Fin de Año' podría ser un anuncio del departamento de turismo de la ciudad de Nueva York (con aparición del alcalde incluida). Todo gira en torno a la celebración de Times Square y su famosa bola. Todos los personajes son guapos pero levemente infelices, y todos rematan la noche con una sonrisa de oreja a oreja.

'Copito de nieve'. Animación digna y española (D. MARTOS)

Llevamos varias semanas estrenando películas españolas, y películas españolas de género -el género 'burro' de 'Fuga de Cerebros 2', el género navideño de 'Maktub'. Ahora toca otro, el cine infantil, en cuyas filas se sitúa 'Copito de nieve' como un producto bastante competitivo. La cinta de Andrés G. Schaer recrea la historia del famoso gorila albino que llegó al Zoo de Barcelona en el año 1966 y se convirtió en símbolo de la ciudad hasta su muerte en el año 2003, pero ese relato queda trufado de aventuras y magia para atraer a los más pequeños. En la pantalla, por ejemplo, vemos a un 'Copito' de animación -todos los animales de la película son animados- que convive con humanos de carne y hueso.

Constantino Romero presta su voz al gorila negro Ron, que recela de un ejemplar que no comparte el color de su piel y no quiere que sus pequeños 'gorilitas' jueguen con él; el humorista Manel Fuentes es quien da vida a Ailur, un panda rojo que ayudará a 'Copito' a encontrar a la Bruja del Norte -una usurera Elsa Pataki que le dará la fórmula secreta para cambiar de color. Destacamos el papel de Pere Ponce como Luc de Sac, un histriónico millonario gafe que intenta arrancar el corazón al gorila albino para atraer la buena suerte. Sus muecas y desventuras consiguen dar volumen a una película más que digna del panorama nacional.

'Rare Exports'. Cuento gamberro de Navidad (D. MARTOS)

Tradicionalmente han sido muchas las voces que han denunciado -si es que el verbo nos vale para esto- que el Papá Nöel que se ha incrustado en el imaginario colectivo no tiene nada que ver con la antigua leyenda de San Nicolás... o el mito, referente o personaje similar que queramos escoger. 'Rare Exports' tira del hilo del verdadero Santa Claus, alejándose del dibujo publicitario de Coca-Cola, para inventar la historia del descubrimiento de su tumba. Pero esto no tiene nada que ver con Indiana Jones, no, más bien se parece a una mezcla entre 'Fargo' y 'El Grinch', por lo que de nevada y malvada tiene la película.

'Rare Exports' es el primer largometraje del director finlandés Jalmari Helander, que ya cosechó un gran éxito en su país con dos cortometrajes que han inspirado la cinta, gran triunfadora en el Festival de Sitges 2010. Cuenta la historia del pequeño Pietari, que descubre el verdadero propósito de la excavación que se produce en la cima de la montaña que está frente a su casa. Alguien ha localizado la tumba de Santa Claus, pero ni el buen anciano ni sus siniestros esbirros son tan adorables como en 'Arthur Christmas'. 'Rare exports' es una película corta, que se ve con facilidad, y que arroja una mirada interesante sobre los mitos de la Navidad.

 
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