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EL SOUFFLÉ DE FALSARIUS

Receta falsaria: "postre sorpresa"

Al principio de los tiempos las madres no existían. Y es que Dios por lo visto, así de entrada, había pensado en algo más práctico. En vez de un embarazo, un parto y todos esos líos (que entonces no había Seguridad Social ni cosas parecidas...

Postre sorpresaFALSARIUS CHEF

Bueno, casi como aquí dentro de nada) se le ocurrió una idea genial. Si necesitabas más humanos, le arrancabas a uno una costilla y salía otro. Ya sé que es raro, pero yo qué sé, es que era dios y podía hacer lo que le diera la gana. La cosa es que el mundo anduvo sin madres una buena temporada. Oye, y no es por hacer de menos a las madres pero las cosas funcionaban perfectamente. No en vano aquello era el Paraíso. Allí estaban Adán y Eva felices, poniéndole nombres a las cosas en plan, mira Adán he encontrado un mejillón en la playa ¿cómo lo podíamos llamar? No sé, ponle Ramón, que todavía no hay nada que se llame así. Vamos que todo iba bien. Luego ya vino aquel jaleo de la manzana y el pecado original, y las cosas se complicaron. Uno de los humanos ganaría el pan con el sudor de su frente y el otro... el otro también, pero como a Dios le parecía que se estaba repitiendo, añadió "y parirás hijos", y como le estaba cogiendo el gustillo a lo de los castigos, remató "con dolor". Quedaba así oficialmente inventada la madre (en principio Dios había pensado que pariera el Hombre, pero se le quedó mirando un momento y pensó "como tenga que parir éste se me extingue la raza en dos días"). Y mira, al final la cosa de las madres tuvo éxito. No hay que más que ver que hoy en día cada persona tiene una.

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Y ya que están aquí, y como mañana es su día, pues vamos a hacer un clásico postre impostor facilito con el que poder agasajarlas debidamente. Aunque debo aclarar, que por muy madres que sean y muy buena cara que os pongan, ellas hubieran preferido marisco. O una joyita.

Ingredientes: 1 bote de leche condensada (de los normalitos), 1 vaso grande de leche, el zumo de dos limones, unos bombones rellenos (de chocolate fundido, de licor o en ese plan) cuanto más blanditos mejor, barquillos, hojas de menta.

Preparación: es tan sencillo como coger un recipiente y vaciar en él el contenido del bote de leche condensada. Añadirle el vaso de leche, mientras remueves

con una cuchara o un tenedor. Exprimir los dos limones y agregar el jugo a la mezcla volviendo a remover hasta que quede todo bien hilado (lo que sucederá de un forma sorprendentemente fácil). Ya sólo queda taparlo con film transparente (el plastiquillo ese maldito que más que cortar destrozas) y ponerlo a enfriar en la nevera. A la hora de servirlo (y aquí viene la sorpresa) ponemos nuestro bombón de licor en el fondo de una copa, la rellenamos con el postre de limón y lo presentamos con un barquillo clavado, ralladura de limón y una hojilla de menta.

 
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