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EL JURADO

El caso de la manifestante y el policía: "Disolver sin tocar. El opio para masas"

En la edición de marzo de 2010 de la revista Harper's, el periodista Ando Arike actualizó lo que se "cocía" sobre tecnología de control de disturbios en su artículo "La muerte suave: nuevas fronteras en el control por dolor". El trabajo periodístico estaba inspirado en El interés en "agentes avanzados de control de disturbios" por parte de los gobiernos, que nunca ha sido un secreto. En 2002 se había revelado lo cerca que estamos de ver esos agentes en acción. La aplicación de una ley de Libertad de la Información, permitió entonces la publicación de un paquete de documentos del pentágono, a través del Proyecto Sunshine, un grupo dedicado al control de armas en Austin, Texas.

Entre los múltiples documentos publicados por el proyecto Sunshine, había un estudio de cincuenta páginas titulado "Las ventajas y limitaciones del uso de calmantes como técnica no letal", realizado por el Laboratorio de Investigación Aplicada de Penn State, base del Instituto para Tecnología de Defensa No letal.

Los investigadores del Colegio de Medicina de Penn State acordaron, contrariamente a los principios aceptados de ética médica, que "el desarrollo y uso de técnicas calmantes no letales es factible y deseable". Los documentos identifican una gran cantidad de drogas, incluidas benzodiacepinas como Valium, neurotransmisores cerebrales de serotonina como Prozac, y derivados del opio como morfina, fentanilo, y carfentanil, este último utilizado por los veterinarios para sedar animales grandes. Todas ellas se presentan como candidatas prometedoras para su uso no letal.

Los únicos problemas previstos tenían que ver con hacerlos llegar hasta las personas o los grupos que se deseaba controlar y la regulación de las dosis. Se supo poco más sobre el programa de "agentes avanzados de control de disturbios" del Pentágono hasta julio de 2008, cuando el ejército norteamericano anunció que se había programado la producción de su "proyectil de represión personal no letal" XM1063, una granada de artillería que estalla en el aire sobre su objetivo, dispersando 152 cartuchos sobre un área de 9.290 metros cuadrados, que esparcen un agente químico al caer en paracaídas. Se desconoce el agente químico que va a ser utilizado, pero hay indicaciones de que se tratará de un calmante, del tipo del fentanilo, literalmente un opiáceo de las masas.

 
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