"El caso olvidado": ¿Dónde anda mi memoria?

Hasta ahora, lo que se sabe respecto a la memoria es que no hay un único lugar del cerebro donde depositarla. Parece estar diseminada por distintas localizaciones especializadas. Mientras en algunas regiones del córtex temporal se almacenarían los primeros recuerdos de nuestra infancia, el significado de las palabras estaría guardado en la región central del hemisferio derecho y los datos de aprendizaje en el córtex parieto-temporal. Por otra parte, muchos de nuestros automatismos están almacenados en el cerebelo.

Cuando experimentamos un suceso nuevo con la intensidad suficiente, el cerebro crea un recuerdo alterando conexiones entre las neuronas. Este proceso requiere de la activación de numerosos genes en dichas células. Científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), de Estados Unidos, identificaron el año pasado un gen que podría ser el controlador y el desencadenante del proceso.

Según el MIT comunicó a la sociedad científica, su descubrimiento no sólo revela los mecanismos moleculares implicados en la formación de recuerdos sino que, además, podría ayudar a los neurocientíficos a localizar con más exactitud la memoria en el cerebro.

el trabajo del MIT se concentró en el gen Npas4, cuya activación se produce inmediatamente después de nuevas experiencias, según habían ya demostrado estudios anteriores. Este gen está particularmente activo en el hipocampo, una estructura del cerebro esencial para la memoria a largo plazo (MLP), que es un tipo de memoria que almacena recuerdos por un plazo de tiempo que puede prolongarse desde unos pocos días hasta décadas, sin que se le presuponga límite alguno de capacidad o duración. El Npas4 pone en marcha otros genes que reajustan la fuerza de las sinapsis o conexiones entre neuronas. La formación de la memoria dependería de esta modificación.