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Curiosidades que hacen de Wimbledon un torneo especial

Madrid

Quedan pocos días para que arranque Wimbledon. Mientras Federer, Nadal y los favoritos desvirguan la hierba de sus pistas, en Eastburne y Hertogenbosch los actores secundarios se preparan compitiendo y de paso recogiendo algunos puntos. Algo parecido pasa con las chicas. El caso es que en Wimbledon los campeones tienen unos privilegios por hecho de serlos, entre ellos el de poder entrenar allí antes que nadie. Una curiosidad más de las que hacen que este torneo sea algo único.

  • Las fresas con nata. Mientras en otros torneos el snack habitual son los perritos calientes o las golosinas –acertadamente introducidas este año en Madrid-, en Wimbledon son las fresas. Se convierte casi en un ritual para los asistentes, entrar al club y buscar el puesto más cercano para hacerse con un lustroso bol de fresas con ‘cream’. Un alimento nutritivo y elegante, y sin duda alguna, mucho más limpio que las pipas, que nos las únicas que no abandonan los estadios de fútbol cuando el árbitro pita el final.La Cola
  • La cola. Kilométrica y perfectamente organizada. El torneo se reserva para la venta diaria un tanto por ciento de las entradas de ese mismo día y sólo vende una por persona. Esto hace que la gente acampe y se acomode desde tempranas horas. A tal nivel de organización llega que la cola casi tiene vida propia. Dispone de baños durante el trayecto, puestos de ocio, cafés y un respetado sistema para dar la vez. Los más profesionales portan sillas plegables y hasta tiendas de campaña.
  • El silencio. No hay torneo más agradecido para los jueces de silla. Durante quince días en el año pueden olvidarse del “please, please” que repiten constantemente cuando en otras pistas del mundo las aficiones se vuelcan con un jugador local. También ocurre habitualmente en los descansos, cuando los rezagados tardan en encontrar su asiento, normalmente de palco. En Wimbledon sólo se aplaude al término de un punto y jamás se pita, ni cuando un tenista polemiza con el árbitro, en esos caso, la pista sólo murmulla.
  • La pelota. Por tradición, Wimbledon lleva usando la misma marca de pelota muchísimos años, Slazenger. Una firma que apenas suministra pelotas a otros torneos y que de unos años a aquí ha decaído mucho en sus patrocinios deportivos. Su mayor exponente en la actualidad es Jamie Murray, hermano pequeño de Andy. Su inconfundible logo nos acompañará en todas las retransmisiones televisivas.
  • El blanco. Los jugadores y jugadoras están obligados a que el blanco predomine sus atuendos. Se permite alguna raya, leves adornos de color, pero siempre que mande el blanco. Todo un descanso para los aficionados, acostumbrados a ver jugadores ataviados con amarillos chillones o verdes pistacho. Lo negativo, lo saben todas las madres del mundo, una mala caída en hierba deja unas manchas que solo salen con armas químicas.
 
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