El mejor guitarrista del cine

Brisas fronterizas, espacios abiertos, atardeceres en el desierto…la carrera de Ry Cooder está plagada de bellos paisajes sonoros, muchas veces ligados a una pantalla de cine. En sus bandas sonoras predominan los aromas sureños, con esa épica tristona tan característica suya, aunque también hay blues, rock, jazz o música incidental. Ry Cooder es poseedor de un estilo propio y eso le ha permitido tener una carrera como músico de cine mucho más equilibrada que otras figuras del rock. También resulta curioso que, en un sector dominado por los pianistas como es la música de cine, se haya infiltrado un guitarrista como él. ¡Y qué guitarrista! La revista “Rolling Stone” le situó en el puesto número 8 de los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos, por delante justo de Jimmy Page y de Keith Richards. Su especialidad es la guitarra tocada al estilo cuello de botella o slide, utilizando un pequeño tubo metálico o de cristal para pulsar los trastes.

Cuentan las crónicas que con apenas cuatro años Ryland Cooder ya sabía tocar la guitarra y que practicaba escuchando viejos discos de blues. Con catorce ya era famoso en los garitos del área de Los Angeles. Fue entonces cuando comenzó a tocar con músicos como Taj Mahal o Captain Beefheart. Era el inicio de una carrera como como guitarrista mercenario que le ha llevado en las últimas cinco décadas a colaborar y participar en los discos de decenas de figuras del rock y del blues. A finales de los años 60 se habló incluso de él como sustituto del fallecido Brian Jones en los Rolling Stones, ya que en esa época estaba muy ligado a ellos. De hecho fue Ry Cooder quien en 1968 enseño a Keith Richards la afinación abierta en Sol, que hizo que éste cambiara para siempre su forma de tocar la guitarra.

En la década de los 70 Ry inició su carrera como músico en solitario. En sus discos fusiona blues, country, folk, rock, jazz y soul cambiando sin complejos de un estilo a otro pero mostrando su apego a las raíces de la música norteamericana. Siempre investigando, siempre abriendo nuevos caminos. Su disco de 1978 “Bop till you drop” fue el primer álbum de música popular grabado digitalmente.

Sus primeros contactos con el cine son como instrumentista. La guitarra de Cooder se puede escuchar en películas como “Performance” o “Deliverance”. En 1980 el director Walter Hill le convence para que componga su primera banda sonora. Se trata de la película “Forajidos de leyenda”, un western inspirado en las andanzas de la banda de Frank y Jessie James. En ella Ry ya deja patente su estilo melancólico y fronterizo que se hunde en lo más profundo de la cultura americana.

Con Walter Hill el músico establecerá una fructífera relación que les llevará a colaborar en una decena de títulos como, “La presa” “Johnny el Guapo”, “Calles de fuego” o “Cruce de caminos” una película en torno al mundo del blues que Ry Cooder tanto adora. En esta película Ry era quien realmente tocaba la guitarra en las escenas en las que supuestamente lo hacía Ralph Macchio.

Ry Cooder ha colaborado con otros directores como Louis Malle en “Bahía del odio”, con Michelle Manning en “Blue city” o con Tony Richardson, para el que compuso otra de sus mejores bandas sonoras como es la de “La frontera”. Pero sin duda el trabajo más recordado del compositor llegó de la mano de Win Wenders. La guitarra árida y triste de Ry Cooder ambientaba magistralmente “Paris,Texas” cuya melodía principal se hizo muy popular en España como sintonía del programa televisivo “Documentos TV”.

Con Win Wenders volvería a colaborar en “El final de la violencia” y sobre todo en un documental que cuenta uno de los episodios más conocidos y exitosos de la carrera de Ry Cooder. Porque aún no lo hemos dicho. Otra de las facetas del guitarrista es la de investigador musical. Ha viajado por todo el mundo y ha grabado discos junto a artistas de otras culturas diferentes a la suya. Lo hizo, por ejemplo, con el japonés Shoukichi Kina, con los irlandeses The Chieftains, con el hawaiano Gabby Pahinui o con el africano Ali Farka Toure.

Y en una de estas aventuras de mestizaje musical llegó a La Habana. Cooder buscaba a una serie de músicos cubanos que décadas atrás tocaban en el llamado Buena Vista Social Club pero que con el paso de los años habían caído en el olvido o estaban demasiado mayores para seguir actuando. Artistas como Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Elíades Ochoa o Rubén González que él reunió y volvió a meter en el estudio para grabar un álbum titulado así, “Buena Vista Social Club”, que a la postre se iba a convertir en el disco de mayor éxito de la carrera de nuestro hombre.

Win Wenders quiso hacer un documental con aquella historia y en él se ve a Ry Cooder grabando con los músicos o actuando con ellos en Ámsterdam y en el Carnaggie Hall de Nueva York.

Aunque el prestigio de Ry Cooder estaba en lo más alto por entonces curiosamente su carrera en la música de cine se estancó ese mismo año. Su última banda sonora completa la grabó en 1998 para la película “Colores Primarios”. Desde entonces solo ha compuesto para el cine tres temas para la banda sonora de “My Blueberry nights”, de Won Kar wai.

Ry Cooder explicaba en una entrevista que si no ha vuelto a crear bandas sonoras es simple y llanamente porque no ha recibido desde entonces ningún encargo que merezca la pena. Sea como sea, seguiremos atentos a sus discos en cualquiera de los géneros que practica o a su música de cine si en el futuro retoma su carrera en este campo porque, como decía su amigo el director Walter Hill, a Ry Cooder hay que seguirle siempre la pista porque se trata de uno de los más grandes y genuinos artistas norteamericanos.

No la guitarra sino la batería es el instrumento que le gustaría saber tocar al personaje protagonista de nuestras “Conversaciones en clave de Sol”: Tito Valverde. De hecho, nos cuenta que tiene una en casa que le regaló su mujer para hacer realidad un viejo sueño adolescente que tenía el actor. Aunque, dice, no pasa de aporrearla con cierta saña, sobre todo si le coge en uno de esos días “un poco atravesado”. Hacía tiempo que Tito Valverde no aparecía por las pantallas de cine, aunque en la televisión le hemos visto en series como “El comisario”. Ahora ha vuelto como uno de los protagonistas de “Quince años y un día”, la película de Gracia Querejeta. Así que hemos aprovechado la circunstancia para charlar con él de música y a recordar algunas de sus películas más conocidas como “Alas de mariposa” o “Sombras de una batalla”.

En la ceremonia de los Oscar del año 2002 el músico Randy Newman se presentaba con un récord. El de la persona más veces nominada de la historia que nunca había conseguido una estatuilla: Catorce candidaturas y cero premios. Pero, afortunadamente, a la decimoquinta fue la vencida. Gracias a la canción “If I didn´t have you” de la banda sonora de “Monstruos S.A.” Randy rompía el mal fario y se hacía con su primer premio de la Academia de Hollywood. Ahora, once años después, regresa con la música de la precuela de aquella película que supone su séptima colaboración para un film de Disney-Pixar. En “Monstruos University” Randy Newman nos ofrece una banda sonora muy animada con partes de comedia, partes de acción y algunos pasajes más emotivos y suaves aunque, en general, predominan las piezas más vitalistas. En el programa  le damos una escucha a varios de sus temas.

La película musical clásica que recordamos esta semana ha sido nombrada varias veces en nuestros últimos programas, cuando hablábamos de Ann Miller o del director y los protagonistas de “Magnolia”, George Sydney, Howard Keel y Kathryn Grayson. Nos referimos a “Bésame Kate”, dirigida por Sydney en 1953 y protagonizada por los tres actores mencionados.

“Bésame Kate” cuenta como se prepara y la representación misma de un montaje musical basado en “La fierecilla domada” de William Shakespeare. La obra juega con las desavenencias que viven fuera y dentro del escenario Howard Keel y Kathryn Grayson, la pareja protagonista que representa la obra. “Bésame Kate” está basada en el musical de Broadway del mismo título que sirvió para relanzar la carrera de Cole Porter en 1948 cuando, debido a un accidente de caballo, el músico vivía en Hollywood aquejado de fuertes dolores en las piernas que le habían dejado casi paralítico. Las canciones del musical son suyas, algunas de ellas muy populares, hasta el punto de que se han convertido en verdaderos standards. El actor Ron Randell aparece en la película dando vida al propio Porter, en un pequeño papel que es todo un homenaje a este gran creador de la música norteamericana.

Y la película que destacamos esta semana de la programación de los canales TCM es “Almas de metal”, un curioso film de principios de los años 70 que mezcla thriller, ciencia-ficción y western. Fue la primera película que dirigió el escritor Michael Chrichton, el autor, entre otros muchos best sellers de “La amenaza de Andrómeda” o “Parque Jurásico”.

Precisamente en un parque temático transcurre la acción de esta película. Está dividido en diferentes zonas que recrean diversos mundos: El medievo, la antigua Roma, el salvaje oeste… Los turistas que visitan el  parque viven una experiencia prácticamente real, mezclándose con robots que interpretan a los personajes de cada mundo. En el del western nos encontramos con Yul Brynner, dando vida a un pistolero que se inspira directamente en el personaje al que dio vida el actor en “Los siete magníficos”. El problema surge un día cuando hay un fallo electrónico y los robots comienzan a rebelarse y a atacar a los visitantes.

Todas estas historias que traemos en el programa de esta semana van acompañadas de muchísima música pero ésta solo podréis escucharla si nos sintonizáis en directo, en la madrugada del sábado al domingo de cinco a seis, o “en diferido” mediante los podcast de cadenaser.com o canaltcm.com.