La reinvención de Federer
El tenista suizo cambia de raqueta en busca de nuevas sensaciones después de los peores meses de su carrera
Roger Federer ha dicho varias veces en los últimos meses que su intención es seguir jugando “muchos años más”, que no piensa en la retirada, que envidia a Tommy Haas por su longevidad. Tras seis meses muy flojos en cuanto a rendimiento, el suizo está probando en Hamburgo una nueva raqueta, que nada tiene que ver con la que le ha convertido en el jugador más laureado de la historia.
El jugador de Basilea llevaba muchas temporadas haciendo ingeniería con el calendario, jugando con mesura, cada vez menos, calculando los puntos necesarios para seguir en el candelero sin exponerse a demasiada carga de partidos. Sin ir más lejos, el pasado año sólo disputó cinco torneos de rango inferior a Masters1000.
Con una idea similar arrancó 2013, jugando Dubai, Halle y Rotterdam, sin embargo los resultados no fueron los esperados. Las prematuras eliminaciones de Roland Garros y Wimbledon y su irregular rendimiento en la gira de tierra hicieron que Federer se replanteara su calendario para la segunda mitad de curso.
Los tenistas, sobre todo los primeros del ranking, suelen ser muy reacios a experimentar con sus raquetas. De hecho algunos como Murray calzan raquetas de monturas bastante antiguas. Como deporte de precisión, cualquier mínimo cambio puede suponer una pérdida de tacto. Roger ha visto que este era el momento para cambiar y arriesgar con una raqueta distinta.
El arma elegida es una Wilson de 98 pulgadas, muy alejada de Wilson Pro Staff de 90 que usaba hasta ahora. ¿Qué diferencia hay? Se trata de una raqueta con un mayor tamiz, con una superficie más grande, por lo tanto es más permisiva, menos exigente. Una raqueta de estas dimensiones aporta además un extra de potencia a cambio de perder cierto control.
¿En que se traducirá en su juego? Roger podrá golpear mejor en difíciles situaciones, seguramente reducirá el número de cañas y quizás tenga mayor capacidad para dar efectos a la pelota. Perderá tacto a la hora de golpear parado, precisión, pero puede que el problema sea ese, que Federer cada vez golpea menos veces parado. Con Brands debutó con victoria, el nuevo Federer sigue en liza.
