El Barcelona encalla en El Sadar

El Barcelona afrontaba en El Sadar un nuevo reto a la hora de manejar algo tradicionalmente difícil para ellos: un partido tras el parón de selecciones. Martino volvió a actuar como en septiembre, siendo inflexible en su política de rotaciones. Messi al banquillo y Bartra y Puyol como pareja de centrales | Osasuna 0 - FC Barcelona 0, todas las estadísticas

Arrancó el partido con una noticia triste, Sisi se trastabilló al retar a Puyol en un balón dividido y su rodilla izquierda saltó. El menudo jugador, recuperado hace poco de una triada en su pierna derecha tuvo que retirarse en camilla. Entró en su lugar Manu Onwu. Fueron esos cinco minutos lo único tranquilo de una primera mitad inundada de adrenalina.

Sobre el nuevo césped del estadio pamplonica ambos equipos se propusieron apurar los primeros 45 minutos con ansiedad. Lejos del fútbol sosegado y horizontal del Barcelona de otros años, esta vez no valía pase que no fuera en dirección a la portería contraria. Además fue un duelo de igual a igual, sin que nadie fuera capaz de controlarlo.

Neymar volvía a aparecer con libertad ante la ausencia de Messi. Tirado a la izquierda, el brasileño aparecía de nuevo como un pulmón, una vía de escape para sus compañeros. En la otra parte del campo, Onwu, De las Cuevas y Roberto Torres eran puñales que se clavaban por las bandas del Barça con el objetivo de servir a Oriol Riera.

El choque era vertiginoso y muy divertido, pero el último pase no llegaba con precisión y siempre aparecía algún central para arreglarlo, Arribas y Loties en una portería y Bartra y Puyol en la otra. Algo más de claridad encontró el equipo del Tata cuando Iniesta aparecía, pero sin una referencia clara arriba su presencia sólo se tradujo en dos disparos defectuosos desde la frontal. Sin un dueño claro se llegó al descanso.

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Aparecen las ocasiones en la segunda mitad

Con el cansancio y la aparición de los hombres de refresco el partido dio una vuelta de tuerca. La presión de Osasuna bajó un punto y el Barcelona respiró y dispuso de posesiones algo más largas, aunque nunca cómodas. Las medulares de ambos equipos no eran capaces de agarrar el partido así que tomaron protagonista los llegadores. Y ahí apareció Cesc. El de Arenys llegó y llegó a la frontal rival, aunque no dispuso de fortuna conforme se iba asomando más y más el campo se iba volcando hacia la portería de Osasuna.

Neymar estuvo cerca de adelantar al Barça en un centro raso de Montoya que no llegó a rematar por centímetros. Sin embargo no todo eran buenas noticias para ellos, en la siguiente jugada Bartra estuvo providencial para despejar y desbaratar una contra peligrosa de Osasuna. Gracia recurrió a Patxi Puñal para frenar las acometidas blaugranas, mientras Martino metió toda la pólvora haciendo ingresar a Messi y Tello.

Con Leo en el campo la versión clásica del Barça apareció y volvió a ese guion tan habitual de jugadores rodeando el área rival buscando de forma obstinada filtrar un pase. Los últimos 15 minutos fueron de dominio blaugrana incesante, pero sin profundidad, sin la chispa necesaria para llegar cerca de Andrés Fernández. Así agonizó el partido, con un Barcelona algo desconcertado y un Osasuna mordiendo hasta el último suspiro.

El equipo de Martino frenó su espectacular progresión en Pamplona y deja al Madrid a tres puntos, una diferencia que le da si cabe aun mayor trascendencia al clásico de la semana que viene. También da la opción al Atlético de Madrid de ser líder en solitario. La Liga de dos, que este año no es de dos tiene una trampa: El Sadar.

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