Messi aparece a tiempo

Dos goles de Messi y otro de Busquets sirven al Barça para ganar al Milan y certificar el pase a los octavos de final de la Champions. Un gol de Piqué en propia puerta dio alas al Milan, que asistió al regreso de Leo Messi con un buen gol a falta de diez minutos que terminó de sentenciar el partido

El Barça arrancó el partido con su once de gala, el Tata dejó a un lado el 'excel' de las rotaciones y volvió a apostar por el equipo que ha puesto en las grandes citas, con Cesc y Pedro en el banquillo. Los culés empezaron con ganas, motivados por las críticas a su juego. Especialmente con ganas se vio a Messi, que volvió al centro y con extra de ganas. Tocando muy bien el Barça y rápido.

Las ganas de Messi solamente no bastaron, el Barça estuvo espeso como acostumbra durante grandes períodos de esta temporada, con Iniesta y Xavi a medio gas, algo que el juego culé no puede permitirse. El Milan nunca peleó por la poesesión, no le interesó, solo se centró en taponar las opciones de último pase de los catalanes. Fue suficiente para apagar el inicio de los del Tata. La solución la encontró Iniesta en un pase en profundidad y por alto a la carrera de Neymar, que sintió el brazo de Abate y se cayó. El árbitro pitó penalti y Messi no dudó en ir a lanzarlo. El crack argentino olvidó sus dudas y lanzó con potencia engañando a Abiati. La celebración de Messi estuvo cargada de rabia, de ira contenida. Un gol balsámico para el argentino.

Poco ataque llevó el Milan en la primer mitad, solo un disparo de Montolivo animó un poco a Valdés, que solventó sin problemas la ocasión. El Barça fue más incisivo que en otras ocasiones y fruto de esa presión Neymar robó un balón a Montolivo, que lo frenó en falta. La jugada a balón parado la puso Xavi directamente a la cabeza de Sergio Busquets, que en su esfuerzo por llegar el primero al balón salió un poco antes y remató en un fuera de juego por milímetros. El remate de cabeza fue perfecto y se coló al fondo de la red. El gol escenificó en parte el cambio de este Barça. Dos tantos y los dos a balón parado, el penalti y una falta rematada de cabeza.

Cuando el partido parecía visto para sentencia y nos acercábamos a un segundo tiempo sin poco interés apareció Kaká, que se marchó en velocidad de Alves -otra vez, igual que en la ida- y puso un centro al primer palo que remató Piqué al fondo de la portería. Una jugada cargada de mala fortuna que dejó al Milan con vida antes del descanso.

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La segunda parte fue más anárquica, entró Balotelli por Robinho, que ayudó al Milan a acercarse con mucho más peligro a la portería del Barça. Una buena jugada del delantero italiano por la derecha acabó con un centro que remató Kaká fuera por muy poco. Acto seguido y por la otra banda apareció Emanuelson y puso otro centro que al que no llegó por muy poco Baloteli. Esas ocasiones tocaron el orgullo culé, que vieron peligrar la victoria.

Entonces apareció Neymar, que hizo la jugada del partido. El brasileño se fue de cuatro rivales por la izquierda y finalmente remató fuera. Justo después Neymar y Messi combinaron muy bien para que Alexis. Falló el chileno, poco acertado esta noche. El gol se acercaba y Messi fue el elegido. El argentino trianguló con Fàbregas, que entró por un Iniesta gris, y tiró de velocidad primero para llegar antes que el defensa y de técnica después para batir a Abiatti y certificar el pase a los octavos de final de la Champions. El partido ante el Milan no olvidará los debates sobre si el juego del Barça ha mejorado, desde luego no fue el mejor partido de los del Tata pero deja la puerta abierta a la esperanza de que aún sin jugar de forma brillante el Barça sigue sin perder algo que, en Europa, casi nadie puede decir.

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