Notas de Cine
Cine y TV

¿A qué suena el desierto?

Si piensas en el espacio enseguida te viene a la mente la música de “La guerra de las galaxias”. Si piensas en la antigua Roma lo que suenan son las fanfarrias de Miklos Rozsa y si te imaginas el far west lo relacionas probablemente con las melodías de Ennio Morricone o Dimitri Tiomkin. Pero si piensas en el desierto no hay música más apropiada que la que Maurice Jarre compuso para “Lawrence de Arabia”. Esta semana, en nuestra sección “Discoteca de Oro” dedicada a las bandas sonoras más importantes de la historia, recordamos esta obra maestra de la música cinematográfica.  

La envergadura del proyecto que representaba “Lawrence de Arabia” llevó a la idea inicial de contratar a tres músicos diferentes para componer la banda sonora. El prestigioso Benjamin Britten se encargaría de la música británica. Otro compositor de música clásica, Aram Kachaturiam, se ocuparía de la música árabe. Por último el francés Maurice Jarre compondría algunas piezas de relleno. Pero lo cierto es que a pocos meses vista del estreno ni Britten ni Kachaturiam habían hecho su parte. El único que se presentó con el trabajo finalizado fue Jarre y más aún, había compuesto otras melodías adicionales que presentó ante el director David Lean. Éste quedó tan encantado con lo que escuchó que en ese momento tomó la decisión: Maurice Jarre se encargaría de toda la banda sonora. El músico francés tenía seis semanas de plazo para escribir más de dos horas de música.  

Hasta entonces Maurice Jarre era un músico poco conocido que había trabajado casi exclusivamente para el cine francés, aunque el año anterior se había hecho notar gracias a su trabajo en la película bélica “El día más largo”, su primera experiencia internacional. Sin embargo David Lean supo confiar en él y Jarre no le defraudó, componiendo una banda sonora que es uno de los hitos de la música cinematográfica. Maurice Jarre concibió la partitura a partir de tres temas musicales distintos que debían reflejar todo lo que rodea al personaje protagonista. Por un lado su origen británico y su condición de militar; por otro su pasión por el desierto y en tercer lugar el mundo árabe que Lawrence descubrió y aprendió a amar.  

El tema del desierto es una de las melodías más inolvidables de la música cinematográfica. Su sinfonismo y su grandiosidad se identifican al momento con la inmensidad de los desiertos árabes. Música que ilustra el paisaje, sí, pero que también refleja la nobleza del personaje protagonista. Maurice Jarre juega con múltiples variaciones del tema a lo largo de la banda sonora. Por ejemplo, lo escuchamos de forma misteriosa y dramática en las escenas en las que Lawrence se muestra atormentado por su propio mito. En cambio suena juguetón en la secuencia en la que el inglés aprende a montar a camello o triunfalista durante la arrolladora cabalgada sobre la ciudad de Akaba.  

El segundo vértice de la banda sonora es el llamado tema árabe, mucho más agresivo y discordante que el tema del desierto pues nos introduce en el clima bárbaro de los habitantes de las arenas. Destaca la fuerza de sus trompetas y la percusión de ritmo vigoroso, un terreno muy del gusto de Maurice Jarre, ya que sus inicios como músico fueron de percusionista.  

El tercer tema musical principal aparece en varias ocasiones para ambientar la vida militar de los británicos y del propio Lawrence. Se trata de una marcha militar que no compuso Maurice Jarre sino Kenneth Alford, el mismo compositor de “La marcha del coronel Bogey” de “El puente sobre el río Kwai”, la anterior película de David Lean. La intención era conseguir que llegara a convertirse en otro éxito popular, como la famosa melodía silbada, pero a la postre queda bastante oscurecida por las melodías de Maurice Jarre.  

El compositor dirigió él mismo a la London Philarmonic Orquestra en la grabación de la partitura. A parte de las piezas habituales de una orquesta sinfónica destaca la inclusión de dos instrumentos que confieren un timbre muy personal a la música. Uno es la cítara, que mezclada con flautas árabes permiten algunos momentos musicales muy poéticos y ensoñadores. El otro instrumento es el llamado Ondas Martenot, una especie de sintetizador muy primario cuya inclusión demostraba ya en los años 60 la pasión que Maurice Jarre siempre sintió por la música electrónica. Jarre fue alumno del inventor de este instrumento, Joseph Martenot, y se trata de un artilugio adaptado a un teclado que produce sonidos extraños y oníricos muy adecuados, por ejemplo, para crear la atmósfera densa del viaje por el desierto.  

En la gala de los Oscar de 1963 “Lawrence de Arabia” se hizo con siete estatuillas, entre ellas la de mejor película. Maurice Jarre también consiguió la suya gracias a la música. Su fama como compositor se disparó a partir de ese momento y marcó también el comienzo de su productiva relación con el director David Lean en cuatro películas míticas: “Doctor Zhivago” por la que ganó su segundo Oscar, “La hija de Ryan” y “Pasaje a la India”, que le reportaría su tercera estatuilla. Con “Lawrence de Arabia” Maurice Jarre creó una partitura que no solo se amoldaba a la narración de forma magistral sino que su capacidad lírica y su calidad melódica sobrepasan los límites cinematográficos para convertirla en una obra maestra de la música del siglo XX.  

Este domingo se celebra la gala de los Goya y los premios también tienen su espacio en el programa de esta semana. En nuestras “Conversaciones en clave de sol” hemos charlado con Jorge Dorado, el director de la película “Mindscape” por la que es candidato al Goya en la categoría de mejor director novel. La película la tenéis ahora mismo en las carteleras y cuenta la historia de un hombre que tiene la capacidad de entrar en la mente de las personas y al que le encargan que investigue a una adolescente para que determine si la chica es una sociópata o es víctima de un trauma. La banda sonora de este inquietante thriller ha sido compuesta por Lucas Vidal y el director nos da toda serie de detalles sobre la misma.  

Más asuntos relacionados con los Goya: La semana pasada ya os presentamos las cuatro canciones que son candidatas al premio a la Mejor Canción de Banda Sonora. En este programa vamos a escuchar un fragmento de las cuatro bandas sonoras nominadas a Mejor Música Original. Y empezamos con la de la película de David Trueba “Vivir es fácil con los ojos cerrados” que ha sido compuesta e interpretada por toda una leyenda del jazz mundial: el guitarrista Pat Metheny   El segundo candidato es un joven músico que debuta como compositor de cine: Oscar Navarro por la banda sonora de “La mula”.   La tercera banda sonora en liza es la de “Las brujas de Zugarramurdi”, la película de Alex de la Iglesia. Ha sido compuesta por el mallorquín Joan Valent que ya trabajó con Alex en su anterior película, “La chispa de la vida”.   Por último, el propio Emilio Aragón, director de “Una noche en el viejo México”, se ha encargado de componer la banda sonora de su película y por ella aspira al Goya.   Otra de las secciones nostálgicas del programa es “Aquella canción”. En ella recordamos canciones que suenan de forma diegética en las películas y tienen un protagonismo destacado en las mismas. Hoy recordamos un par de temas del grupo británico The Smiths que suenan en la película “500 días juntos”, una deliciosa comedia romántica protagonizada por Zooey Deschanel y Joseph Gordon Lewitt en el año 2009.  

Los dos personajes protagonistas se conocen gracias a “There is a light that never goes out”, el clásico de los Smiths que el chico va escuchando con sus auriculares en el ascensor cuando coincide por primera vez con ella. A partir de la canción entablan una conversación que será el pistoletazo de salida para su historia de amor y desamor. Otro tema de los Smiths que tiene gran importancia en el film es “Please, please, please let me get what I want”, que escuchamos varias veces y que en su letra resume más o menos lo que Joseph Gordon Lewitt quiere de la chica: Por favor, déjame que te consiga, déjame quererte, enamórate de mi. Una agridulce historia de amor con la voz de fondo de Morrissey.  

Vamos a escuchar también la banda sonora de uno de los estrenos de la semana: “Nebraska”, candidata este año al Oscar al mejor film, al mejor director, Alexander Payne (autor de “Entre copas” o “Los descendientes”), y al mejor actor, el veterano Bruce Dern que ya ganó por este personaje el premio de interpretación en el último festival de Cannes. “Nebraska” cuenta el viaje desde Montana a Nebraska de un anciano alcohólico que se ha creído al pie de la letra uno de esos correos spam que le hace ganador de un concurso, aunque en realidad no hay tal premio. En el viaje le acompaña su hijo, interpretado por el cómico americano Will Forte.  

La música de Nebraska es como la propia película, más que una historia transmite un estado de ánimo. Música tradicional americana de aires tristes pero cálidos al mismo tiempo que impregna la película de principio a fin, conectando tanto con su tono emocional como con los paisajes destemplados del medio oeste americano por los que viajan los protagonistas. El autor de la banda sonora es Mark Orton un multi-instrumentista conocido sobre todo como miembro del Tin Hat Trio, la banda californiana de música instrumental que surgió a mediado de los años 90 y que se caracterizaba por mezclar blues, country, folk y otros estilos tradicionales americanos pero desde el enfoque de la música de cámara. La música del Tin Hat Trio siempre tuvo un cierto aroma cinematográfico por eso no es extraño que Mark Orton decidiera pasarse a la composición de bandas sonoras. Este es su trabajo más relevante ya que hasta ahora Orton había compuesto música para documentales y películas independientes.  

En realidad la música de “Nebraska” parte de otra banda sonora escrita por Mark Orton en 2005 para una pequeña película independiente llamada “Sweet land”. El director de “Nebraska”, Alexander Payne, utilizó esa banda sonora como música provisional mientras montaba la película pero se dio cuenta de que sus melodías encajaban a la perfección con su historia y decidió llamar al compositor para que volviera a regrabar esos temas y compusiera otros nuevos. Esta es la razón por la que “Nebraska” no ha podido aspirar al Oscar a la mejor banda sonora ya que, aunque se trata de música original, no es inédita porque algunos cortes pertenecían a otra película.  

Tendremos también, como siempre, nuestro repaso musical a la programación del canal TCM para los próximos días con el “Popurrí” y la película que destacamos esta semana. Se trata de “Las vírgenes suicidas” el film con el que debutó como directora Sofía Coppola.  

La película cuenta la historia de las cinco hermanas Lisbon. Son rubias, guapas y parecen estar llenas de vida. Un día la más pequeña intenta suicidarse cortándose las venas y todo empieza a cambiar. Sus padres las aíslan del resto del mundo intentando impedir que algo malo les ocurra: los chicos, los discos de rock, las fiestas… todo puede ser un peligro para sus hijas. A partir de ese momento la historia se encamina inevitablemente hacia la tragedia. Sofía Coppola convirtió este argumento en una película sensible pero inquietante, centrada en ese delicado momento que es la adolescencia y en donde se comienza a comprender muchas cosas del mundo y de la vida.  

Como siempre os decimos, si queréis ponerle sonido a todas estas historias y a todas estas fotos lo podéis hacer escuchando “Notas de cine” en la madrugada del sábado al domingo de 5 a 6 o, a partir del lunes, en los podcast de cadenaser.com y canaltcm.com.

Antonio Martínez

Antonio Martínez

Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00