La tumba de Boabdil yace bajo la basura
La tumba de Boabdil "el Chico", el último rey de Granada, el que entregó las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos, yace bajo restos de basura en un solitario mausoleo junto a las murallas de la ciudad marroquí de Fez
La tumba de Boabdil "el Chico", el último rey de Granada, el que entregó las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos, yace bajo restos de basura en un solitario mausoleo junto a las murallas de la ciudad marroquí de Fez.
La Asociación Memoria de los Andalusíes ha denunciado el estado en que se encuentra el mausoleo: cubierto por heces y orinas, botellas rotas de vidrio y desechos de todo tipo, el lugar se ha convertido en refugio de borrachos y mendigos, según cuenta a Efe Hamza Ali al Ketani, que documentó su denuncia con unas fotografías.
En realidad, no hay certeza absoluta de que Boabdil se encuentre allí: sería necesario realizar una excavación para extraer restos de ADN de un cadáver ya localizado y cotejarlo con los restos de alguno de los familiares consanguíneos de Boabdil.
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Pero las únicas referencias históricas disponibles, aportadas por un cronista del siglo XVII llamado Al Maqarri, llevan a creer que muy probablemente Boabdil se encuentra bajo el humilde mausoleo dedicado a otro santo más conocido por los habitantes de Fez y llamado Sidi Belkasem, junto a lo que hoy se conoce como Bab al Mahruq o Puerta del Quemado.
El pasado marzo, un equipo español capitaneado por el cineasta Javier Balaguer llegó a Fez con la intención de realizar una excavación en el lugar y extraer restos del cadáver del presunto Boabdil.
Recibieron entonces todo el apoyo de la Municipalidad de Fez, que presentó el proyecto a bombo y platillo como uno de los mejores ejemplos de cooperación transfronteriza y encarnación de la hermandad entre España y Marruecos.
Sin embargo, a la hora de clavar una pica en el mausoleo, así fuera un simple clavo, el equipo (había antropólogos forenses y hasta expertos en georradar) se toparon con que el lugar dependía también en parte del ministerio de Asuntos Islámicos (por ser una tumba) y del de Cultura (por ser una tumba histórica), y comenzó entonces una guerra de competencias.
Desanimados, los españoles aparcaron momentáneamente el proyecto en espera de mejores días, sin por ello abandonar sus planes. Balaguer comentó que regresó en una ocasión más a Fez para constatar que las cosas seguían igual.
Kenza al Ghali, asesora del Alcalde de Fez, aseguró a Efe que las trabas burocráticas han desaparecido "y los españoles pueden venir en cuanto quieran" a desenterrar a Boabdil.
¿Y por qué no lo hacen los marroquíes? Al Ghali responde que en Marruecos "desgraciadamente no hay dinero para esos proyectos. ¿Quién podría asumir ese proyecto? No hay presupuesto ni voluntad", se lamenta.
Desconocedores de estos entresijos burocráticos, un grupo de miembros de la Asociación Memoria de los Andalusíes organizó el pasado martes una excursión a varios lugares de Fez, la ciudad donde se establecieron, siguiendo a Boabdil, miles de moriscos huidos o expulsados de Granada en varias rachas.
Ketani relata que cuando él y sus amigos se pusieron a documentar el estado de abandono del mausoleo que probablemente corona la tumba de Boabdil, se acercaron unos policías para exigirles explicaciones y pedirles su documentación.
"¿Cómo es posible que las mismas autoridades que no protegen el lugar de quienes lo ensucian y mancillan, molesten a los ciudadanos de bien que se acercan al monumento?", se pregunta Al Ketani, que escribió un artículo indignado en un conocido sitio web.
Los niños junto a la Puerta del Quemado han hecho del terreno junto al mausoleo un lugar de juegos; por la noche, los desocupados de Fez se refugian en el mausoleo abierto.
Si Boabdil se halla bajo el suelo de este antro, jamás hubo rey con tumba tan indigna.