El trío de Úbeda que reina en Europa
Hace tres años la banda se presentó en una sala de Madrid en la que no había ni veinte personas. Su maqueta comenzaba a circular por la red pero aquel primer concierto demostró que su espectáculo era diferente, auténtico, de fuertes raíces bluseras. No habían inventado nada, pero su estilo e influencias llamaban la atención y sus letras en castellano se adaptaban a la perfección a una música creada con guitarra, batería y un bajo fabricado con un palo y un barreño de zinc. Ese mismo año se presentarían con éxito en el Primavera Sound y más tarde viajaron al South by Southwest de Austin haciendo varias paradas en su peculiar ruta estadounidense.
Aquella primera y autoproducida maqueta de 2009 les sirvió para recorrer los mejores festivales y para presentarse ante las mejores bandas del momento. En 2011 aquella joya tomó forma de disco y de vinilo, a pesar de ello se distribuyó gratuitamente en Internet. Poco a poco el boca a boca funcionó y el grupo andaluz se fue haciendo un hueco en una escena musical que vive ajena al blues, más aún a un blues tan tradicional y de raíces como este, versión incluida del gran Skip James.
El año pasado, y tras un EP, llegó su última referencia. Una entrega homónima que fue recibida con expectación, que llenó casi todas las salas de su gira española, y que acabó incluida en las listas de lo mejor del año de decenas de medios especializados. La apuesta blusera de Guadalupe Plata había ganado una difícil batalla, el blues daba, gracias a ellos, el salto a la primera fila de la música independiente gracias a unas letras divertidas y siniestras que se alejan de los lugares comunes del blues europeo para hablar de detalles cotidianos de una realidad diferente, más española. Sin embargo, su sonido, es igual de potente que el de los afroamericanos de Chicago, igual de auténtico aunque Jaén se parezca tanto a Chicago como a Londres. El premio al grupo confirma el éxito de esta peculiar aventura musical, la de unos amantes del blues capaces de firmar un cancionero donde entre aullidos, gritos y guitarras brillan temas como ‘Cementerio’, ‘Baby me vuelves loco’, ‘Pollo podrío’, ‘Lorena’, ‘Rata’ o ‘Jesús está llorando’. Un premio grande para el grupo, un reconocimiento grande para el blues.