Carne Cruda 2.0
Sociedad

Este país no quiere curarse

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De momento este país no tiene remedio. No quiere curarse y tampoco encuentra cura a sus males ni mejores médicos que los matasanos que padece. Insiste la mayoría en seguir el mismo tratamiento que lo está matando y las minorías no han sabido ofrecer terapias más convincentes. Este enfermo prefiere que le sigan dando tajos y continúe la sangría antes que operarse el tumor. Tiene pavor a extirparse el cáncer del bipartidismo y los otros partidos tampoco han sabido ganarse su confianza. Aunque está en estado crítico, el enfermo medio español es poco crítico y poco autocrítico. Tan poco como lo son los médicos, los cirujanos jefes y los alternativos. España está en coma inducido y no quiere ni sabe cómo despertarse. La última encuesta del Centro de Investigaciones sociológicas, publicado ayer, es la radiografía de un enfermo terminal que sabe cuáles son sus males pero tiene miedo a probar un medicamento nuevo. Aunque los Bárcenas y los Gürtel, los recortes, la desigualdad galopante, el paro endémico y la pobreza creciente, le han hecho caer 15 puntos, el Partido Popular sigue siendo el partido más votado con un 31,9%, más de cinco puntos por encima del Partido Socialista que sigue siendo segundo a pesar de sus ERES o su Magdalena Álvarez, recién imputada por la Audiencia sevillana. A más de 20 puntos, los dos partidos minoritarios perseguidores, Izquierda Unida y UPyD frenan su subida y caen ligeramente. España tiene metástasis extendida por todo el cuerpo, gobernantes, oposición y votantes. El enfermo conoce sus males: paro, corrupción, problemas económicos y la mala praxis política son, por este orden, las mayores preocupaciones de los españoles, una vez más. El diagnóstico sabemos hacerlo pero no sabemos qué recetarnos para sanar. Tampoco es fácil porque los políticos que deberían ser parte de la solución son parte del problema y todos los médicos suspenden, incluidos los que no han tenido responsabilidad de gobierno. Es difícil que la cura llegue de quienes nos han enfermado, así que solo me queda pensar en un posible tratamiento: que los votantes de los partidos mayoritarios se atrevan a operarse el tumor bipartidista y que los partidos minoritarios hagan el trabajo de enfermeros que no están haciendo. Si esto no ocurre, me temo que este cáncer acabará matándonos.

 
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