El niño que esperaba en el coche
Cuando Bobby Bare giraba por el medio oeste estadounidense, tocando de antro en antro, su hijo pequeño le acompañaba en el coche. El pequeño Bobby Bare Jr se crió en un hogar lleno de música, su padre era uno de los grandes nombres del country y su madre una corista de su conjunto. Cuando el pequeño tenía 8 años, en 1974, estuvo nominado a un Grammy por el tierno dúo ‘Daddy what if’, en el que acompañaba a su padre. Veinticinco años después, aquel chico de pelo rubio y rizado había crecido y debutaba en la música con ‘Boo-tay’.
Madrid
Antes de su primer álbum, el joven Bare había hecho de todo. Durante años se encargó de vender camisetas y discos tras los conciertos de su padre, más tarde pasó a ayudar con los instrumentos y el sonido, y finalmente se hizo un hueco en el mundillo a cargo de la iluminación de los conciertos. Un día se alejó de todo eso y se marchó a la Universidad de Tennessee a estudiar Filosofía.
La vida de Bobby Bare Jr se alejó temporalmente de la música, pero el joven tenía claro que no estaba hecho para un trabajo de oficina, para una vida con horarios de entrada y de salida. Su vida, como la de su padre, tenía que desarrollarse en la oscuridad de los tugurios, en los escenarios. Poco a poco empezó a componer sus primeras canciones, canciones tímidas que no veían la luz, que nadie salvo un amigo de su padre llegaría a escuchar. Un día decidió subirse al escenario y unos cuantos conciertos después le llegó la oportunidad de fichar por un buen sello. El hijo de papá obtenía su primera gran oportunidad en 1998.
El niño, que se había criado llevando cervezas a Kris Kristofferson o Willie Nelson, que había recibido el cariño de Johnny Cash y June Carter, había terminado en una profesión a la que quizá estaba destinado.
En los últimos 15 años, Bobby Bare Jr ha grabado distintos álbumes en los que el rock se aproxima y se aleja del country que coronó a su padre desarrollando un estilo propio que ha cristalizado en ‘Undefeated’ (Bloodshot Records), la más reciente entrega de este músico inquieto que mezcla como nadie el humor con el drama y la angustia. Su nuevo álbum fluye con gracia entre géneros y formas, y cuenta con canciones tan redondas como ‘If she cared’, una alegre balada, ‘The big time’, más enérgica y rockera, o la divertida ‘My baby took my baby away’. El músico, que podría haber hecho carrera a la sombra de su padre, ha sabido marcar distancia con su legado manteniendo el respeto, tomando su propio camino, más largo y sombrío, pero un viaje que ha terminado por dar voz propia a un músico diferente, peculiar y atrevido.
