El largo regreso a la cima de Willie Nelson
El éxito, sin embargo, ha sido esquivo con el gran forajido del country. Hasta ahora. Willie Nelson ha vuelto a lo alto de la lista de country con ‘Band of brothers’, un álbum de temas nuevos que recupera la esencia de su sonido y en el que su característica voz luce vieja y melancólica en un disco fabuloso. El número 1 del álbum supone su mejor marca en la lista de country desde 1986, pero el disco también ha entrado en el puesto cinco del Billboard, su anterior álbum –el disco de duetos ‘To all the girls’- llegó al nueve.
Con todo, el éxito de este disco -compuesto principalmente con temas nuevos- ha hecho ilusión al viejo trovador. Hace décadas que Nelson escribe para él, para sus amigos, para sus seguidores, pero volver a conectar con el público tras décadas ha sacado la sonrisa del músico, que agradecía el apoyo mientras comía un helado en un vídeo que colgó en YouTube.
‘Band of brothers’ es un disco que merece todos los reconocimientos, un álbum honesto con las reflexiones de un veterano curtido en mil batallas que derrocha ironía, humor y sátira, pero también melancolía, amor y soledad. Un disco que ilumina mañanas grises con un halo de esperanza y que cuenta con relatos tan personales como ‘Hard to be an outlaw’, donde reflexiona sobre su rol en la música, ‘The songwriters’, un tema que rinde tributo a la profesión o la enérgica ‘Crazy like me’. El álbum se completa con canciones tan redondas como ‘The wall’, el single con el que se presentó el disco, la divertida ‘Wives and girlfriends’ o el precioso tema que da nombre al trabajo.
El camino de vuelta a la cima ha sido largo, pero previsible. Nelson ha entrado en el siglo XXI en gran forma y presentando trabajos tan dignos y perturbadores como ‘Two men with the blues’, junto a Wynton Marsalis, ‘Heroes’ o el ya mencionado ‘To all the girls’. ‘Band of brothers’ es la suma de todo ello, un trabajo elegante, intenso e íntimo que recuerda que Nelson es una de las grandes leyendas del country, el último superviviente de una estirpe maldita que quiso hacer música a su manera, sin reglas, sin límites, sin órdenes. Escuchar esta colección de canciones reposadas y elegantes se antoja como una obligación para entender el viaje vital de un artista diferente que debutó hace más de medio siglo y que se ha mantenido a flote en el revuelto mar de las tendencias musicales. Ahora, a los 81 años, el éxito es relativo, pero justo con un hombre clave en la música estadounidense.