El uniforme que no falla: el traje de Artur Mas

Artur Mas pertenece a esa clase de políticos en los que nunca reparamos en cómo van vestidos. La razón es obvia en cuanto uno se detiene a contemplarlo: siempre lleva traje.

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Americana, pantalón, camisa y corbata son casi siempre las partes de su total look.

Ni arriesga ni se equivoca porque ha optado por algo cómodo: el uniforme. Digamos que Mas se viste para trabajar, como cualquier dependiente de tienda, como los niños que van al colegio uniformados. Y aquí es donde reside el matiz, la explicación y la figura de Artur Mas.

Un uniforme representa una institución. Esto implica dos cosas, que Mas uniformado de traje se legitima a sí mismo como parte de la que podríamos considerar institución: la clase política. Se legitima, por tanto, nos lo creemos.

Pero un uniforme representa también un colectivo. Y entonces Mas confirma que forma parte de algo, de un grupo de personas que llevan traje, de tal manera que incluso anula su individualidad para convertirse en uno de esos hombres que llevan traje, sean políticos o trabajadores de banca o comerciales de ventas.

La misma palabra uniforme significa una sola forma, es decir, la representación de uno como todos. Sin embargo, tal y como afirma la profesora Calefato, el uniforme une colectivamente pero separa a ese colectivo de otros, así que separa su mundo del nuestro, los que no llevamos traje.

Este punto de vista semiótico nos vale para determinar que Artur Mas lleva traje sabiendo que lo hace fuerte. Que no interrumpe. Que nos fijamos de esta manera en su discurso y que no despista. Añade eso sí, componentes personales...como el color y estampado de la corbata, que permiten al menos mostrar algo de la personalidad del portador. Y aquí encontramos rayas, rombos, cuadros...casi siempre en tonos oscuros.

En ocasiones Mas renuncia a este pequeño trozo de tela y acompaña su traje simplemente de una buena camisa en tonos claros, mostrando así que es verano o que el acto no es tan serio como los demás.

Mas añade un pequeño detalle personal más, que también es político: un pequeño pin en la solapa del traje, con el escudo de la Generalitat de Cataluña.

Y es que...haga memoria...¿recuerda haber visto alguna vez a Artur Mas sin chaqueta? Negativo...Son contadas las ocasiones en las que podemos encontrar una foto de Mas sin chaqueta, con una camisa de lino azul en su casa de playa, en una fotografía que acompaña una entrevista en la revista Vanity Fair.

En su intervención en Salvados, de Jordi Évole, también decidió que una camisa de finísimas rayas blancas sobre azul celeste era suficiente. Bueno...no debemos obviar un reportaje en El Periódico de Cataluña en el que lo siguen en su vida a través de quince imágenes...ducha en bañador incluida. Ahí tampoco llevaba chaqueta, mira.

Mas es un hombre de casi sesenta años que luce canas y líneas de expresión sin tratar nunca de aparentar lo que no es...No le ha importado añadir las gafas a su conjunto.

Y las gafas son otra manera de mostrar quién eres. Y en esto, Artur Mas no se equivoca...Gafas con media montura al aire y la otra media negra, de titanio...modernas...y discretas.

Ajustadas a la perfección al traje, ese uniforme que no suelta.