El Atlético muestra su verdadero discurso asaltando de nuevo el Bernabéu
Como la temporada pasada, el conjunto rojiblanco se impone en el feudo de su mayor rival para hacer valer su candidatura al título que le toca defender
Lejos quedan ya aquellos tiempos en los que el Bernabéu era el escenario de las pesadillas de los rojiblancos. Por segundo año consecutivo, los de Simeone se llevan los tres puntos del coliseo blanco en un partido en el que se adelantaron en el marcador pero les tocó sufrir hasta el final los arreones de Cristiano y compañía. Los cambios en la segunda parte, sobre todo la aparición de Arda, fueron determinantes en la victoria de los colchoneros.
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El partido arrancó de forma diferente a los últimos encuentros disputados entre los dos equipos. Porque aunque el Madrid quiso llevar la iniciativa, al Atlético le faltó esa intensidad que suele cortocircuitar a los blancos y les obliga a hacer un esfuerzo sobrehumano para llegar a la portería contraria.
El conjunto rojiblanco parecía dispuesto a darle un metro más de lo habitual a su rival y, sin embargo, tuvo el acierto de adelantarse en el marcador pronto. A los diez minutos. En un saque de esquina. Lo botó Koke y lo remató Tiago en el primer palo.
El portugués estaba siendo defendido por Benzema, que se quedó fuera de sitio, y cabeceó de forma inapelable para que Casillas solo pudiera recoger el balón de la red mientras escuchaba los primeros silbidos que le dedicaba parte del Bernabéu. Era el 0-1.
No sirvió el gol para ver a un Atlético más cercano al que todos conocemos desde que llegó Simeone al Manzanares. Sí valió, sin embargo, para despertar a la fiera de Cristiano Ronaldo. Porque el Balón de Oro se dio cuenta que la responsabilidad de cambiar el color del partido recaía sobre sus hombros.
Y se puso a la labor. Primero colándose por la derecha -ganando la partida a Siqueira- para poner un balón a James, que lo remató mal. No acertó el colombiano a disparar entre los palos de Moyá, como si supiera que para batir esta noche al rojiblanco, quizá el mejor del partido, hacía falta ajustar el tiro más de lo habitual.
El Madrid, en cualquier caso, se hizo pronto con el dominio del balón, lo que utilizó para hacer el empate. Pudo hacerlo primero Bale de libre directo, pero Moyá respondió con un paradón. Así le llegó la oportunidad a CR7, que aprovechó el carril derecho para encontrarse de nuevo con Siqueira. El lateral se tragó la bicicleta del portugués y le hizo penalti. Cristiano lo convirtió en gol sin dudar un segundo. Su disparo entró por el palo derecho del marco rojiblanco. Imparable. Era el 1-1.
El empate llegó de penalti, pero hacía mucho que el Madrid estaba siendo superior. Ordenaba el juego Kroos, tenía ganas Cristiano y el Atlético estaba algo partido. Las noticias no eran buenas para los de Simeone, que desde un palco veía a un equipo algo desdibujado y que vivía de las intervenciones -casi todas brillantes- de su guardameta. Porque antes del descanso a Moyá todavía tuvo que hacer dos paradones para dar aire a su equipo. El primero lo hizo a un remate de cabeza de Benzema -gran pase de CR7- y el segundo, a disparo del portugués.
No se fue contento el Madrid al vestuario, que sabe que el Atlético es mal rival si no se le remata cuando se tiene la oportunidad. De hecho, cuando llegaron los cambios el conjunto de Simeone cambió su faz y tuvo más oportunidades para llevarse el encuentro.
La entrada de Arda Turan al terreno de juego fue, de hecho, providencial. Porque pudo marcar con un gran disparo desde fuera del área. Y también lo intentó con un cabezazo desde el segundo palo. El destino quiso que a la tercera fuera la vencida y que fuera él quien culminara una buena jugada de todo el equipo colchonero. Su disparo ajustado fue imposible para Casillas. Así llegó el 1-2.
La jugada merece moviola. Fue una colada de Juanfran por la derecha que dejó pasar Raúl García cuando todo le invitaba a rematar. Sabía que el turco llegaba por detrás para marcar el tercer tanto del encuentro.
El Atlético fue otro con los cambios. Se marchó el inexistente Raúl Jiménez. También un Gabi con tarjeta y Mandzukic. Entraron Mario, Arda y Griezmann, que salían con las ideas claras. Inyectaron mucho más a su equipo que las alternativas que presentó Ancelotti: Isco y Chicharito Hernández.
No se rindió, en cualquier caso, el Real Madrid, aunque todos sus intentos se encontraban siempre el mismo obstáculo: el portero del Atlético. El conjunto rojiblanco, de hecho, pudo sentenciar cuando Griezmann mandó la bola al lateral de la red cuando el reloj indicaba el 45 de la segunda mitad.
En los dos minutos de descuento -lejos de los cinco de Lisboa-, lo intentó el Madrid colgando balones sobre el área rojiblanca. La maniobra no sorprendió a los jugadores de Simeone, que aguantaron el resultado y, una vez más, olvidando aquellos tiempos en los que el Bernabéu era el escenario de sus pesadillas, volvieron a imponerse al equipo blanco para decirle al mundo que siguen siendo un equipo al que no le asustan ni los objetivos más altos ni los rivales más difíciles.
Alfredo García
Coordinador digital de las emisoras de la SER. Anteriormente, y durante más de una década, fue responsable...