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Fish River Canyon

Hoy escribo desde Zimbabwe donde me encuentro ahora, en la maravilla de Vic Falls, reposando uno de los viajes de mi vida, en un mes he visitado maravillas de la naturaleza de 4 países diferentes (Sudáfrica, Namibia, Botswana y Zimbabwe). Todo en un mes. Y me acuerdo especialmente de Namibia. He vivido tanto y en tan poco tiempo...

Focas en la península de LüderitzANA MANSERGAS

La entrada a Namibia la hicimos por Sudáfrica, rumbo hacia el Fish River Canyon, el segundo cañón más largo del mundo, llegamos a mediodía a la granja donde dormíamos esa noche. El paisaje es semidesértico, no haya absolutamente nada más que vegetación seca y llanuras solitarias durante kilómetros y kilómetros. La granja está acondicionada. Me gusta conocer las granjas por dentro y ver cómo ha vivido tantos y tantos años la población en granjas, ocupadas en general por los blancos donde trabajaban los negros. Hay tantas historias vividas en cada una de estas granjas.

Los viajes en camión, o tracks que son los vehículos que se usan en estas rutas, me han gustado mucho. Se crean momentos de introspección en los más de 7.000 kilómetros que recorre La Gran Ruta del Okavango que organiza cada año Kananga viajes, más que recomendable para recorrer los principales lugares de África Austral en poco tiempo y con unos servicios donde conviven la aventura y el confort . Una experiencia única. En estas horas de camión aprovecho para escuchar mi música, leer y escribir. En Lamu no hacía más que escuchar a MANEL, y algo de Leonard Cohen, en Etiopia escuché mucha música clásica y de jazz; en Mozambique un poco de MANEL, Leonard Cohen , Tracy Chapman y desde que empecé los safaris no hago más que escuchar a Cohen, el disco Omega de Enrique Morente y Pau Alabajos sobre todo. Es la música que me acompaña en los trayectos tan largos en camión mientras escribo en el miniipad también o leo, me está encantado el libro de Vargas Llosa, "Travesuras de la Niña Mala". Mientras viajamos, duermo a ratos, me encanta. Así que leo, escribo, escucho música, duermo... es cómodo el viaje y me gusta pasar horas y horas así. Tengo mucho tiempo para pensar. Estaba muy poco acostumbrada a estos espacios de tiempo así. Y son tan sanos y recomendables que espero adquirir este hábito y dedicarle parte de mis días a leer, escribir, escuchar música y pensar.

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Después de comer en la granja y de esperar que el sol cayera un poco, pues el calor era sofocante. Cogimos dos 4x4 y nos fuimos 12 kilómetros de trayecto hasta el cañón, bueno a parte del cañón. Preciosas vistas desde arriba donde nos dejó el vehículo y empezamos a caminar un trekking de una hora aproximadamente hasta llegar al río Fish. Es la hora del atardecer y los colores de los atardeceres africanos hacen una vez más que las imágenes que vemos sean aún más bonitas si cabe. La vuelta del río es más dura, ya es de noche y las últimas subidas nos dejan agotados, pero la recompensa será linda. Volver en el 4x4 viendo el cielo estrellado y de repente ver la salida de la luna más grande, más cerca y más roja que nunca hubiera imaginado fue maravillosa. Son los regalos con los que de vez en cuando te sorprende la madre naturaleza. Preciosa vuelta. Hubiera parado el tiempo.

En la misma área es recomendable visitar la Ciudad Fantasma, llamada Kolmanshop. Ciudad abandonada desde que sobre los 50 la abandonarán quienes la habían poblado sobre el año 1909 en busca de diamantes. Durante esos años estuvo explotada de buscavidas que montaron la ciudad y que la abandonaron cuando se empezó a sacar más y mejores diamantes de otra zona de tan mínima. Ahora es una ciudad abandonada, no es nada del otro mundo pero merece la pena visitar sus casas medio derruidas e invadidas por las arenas del Namib. De ahí nos marchamos al puerto desde donde íbamos a salir con catamarán para explorar la península de Lüderitz en busca de delfines, focas y pingüinos Jackass. Vimos una colonia inmensa de pingüinos.

Seguimos la ruta rumbo a las montañas de Aus. Después de varias horas de paisaje similar, desértico y árido, sin habitar y con extensas llanuras donde volvimos a ver caballos salvajes en estado natural, corriendo libremente. Llegamos a Aus donde dormiríamos en un refugio en medio de la nada. Precioso paisaje, instalamos las cosas en el refugio modesto donde íbamos a dormir y nos fuimos a subir la montaña más cercana la refugio desde donde veríamos la inmensidad del paisaje y la puesta de sol. Fue un rato lindo de meditación y reflexión. De pensar, sentir y analizar.

Desde allí tardamos unas 6 horas de trayecto hasta llegar a Sesriem, zona de acampada del desierto donde pasaríamos la noche. Comemos algo rápido y nos vamos al desierto. El calor es asfixiante pero el placer de ir en 4x4 por el desierto y sentir la inmensidad de las dunas hace que me olvide del calor por momentos. Son dunas enormes, rojas y con una luz especial, con mucha energía. Recorremos el valle de Sossuvlei con las dunas más altas del mundo en el 4x4 que nos dejará en un punto para descubrir caminando y paso a paso los secretos del desierto y los lagos muertos del valle donde observas la vegetación seca a través de árboles "muertos" en medio de los lagos sin agua en el desierto. Unos árboles que nos brindan una panorámica fascinante. Después de la caminata vamos a ver el ayer decir desde lo alto de la Duna 45, famosa por sus atardeceres y amaneceres. No había casi gente, prácticamente nadie y entonces decidimos quedarnos y subir más de media hora para ver el paisaje desde arriba. Impresionante su paisaje por su inmensidad, sus formas y sus colores. Todo esto y mucho más lo veríamos al día siguiente desde las alturas, montañas de arena rojiza que alcanzan los 350 metros y la vida animal incluso en el desierto donde vimos algún orix y antílope más. El desierto está ubicado en el PN de Namib -Naukluft.

Al día siguiente madrugamos mucho para ver el amanecer desde el desierto. Y a las 8 teníamos que ir a volar. Así qué es muy lindo pero si vas sin prisas para poder disfrutarlo porque además no hace mucho calor y se puede caminar por las dunas que siempre son preciosas y nunca acaban. Esa es la impresión que se tiene desde abajo y que terminé de confirmar cuando volamos el desierto. Fue maravilloso. Aprecias más aún la inmensidad de la naturaleza, todavía me faltan palabras para expresarlo. Tras el vuelo, seguimos rumbo a Swakopmund donde dormimos en un antiguo hospital que ahora es un hotel y residencia de ancianos, un lugar con encanto especial. Y de allí a Cape Cross, colonia leones marinos más grande Africa. De camino, paramos a ver uno de los barcos abandonados que dan nombre a la costa de los esqueletos. La playa es linda, amplia y grande y gris, con viento, mucho viento y nublado, eso la hace más bonita.

La costa atlántica de Namibia es un lugar de leyenda y desde la época de los colonizadores portugueses ha sido una zona maldita para los barcos por las duras condiciones climatológicas que provocaban muchos accidentes de barcos. Hoy día se ha mejorado los trayectos y zozobran menos. La costa de Namibia no invita a bañarse pero sí son bonitas, extensiones largas, amplias y despejadas, extensiones inmensas de playa con muy poca construcción.

La experiencia de ver esa colonia de leones marinos fue impactante, unos 100 mil en la época de cría que es por octubre y noviembre. Eran cientos y cientos de leones a los que podías acercarte hasta tocarlos, yo lo hice, pero está prohibido. Verlos yacer a como se mueven, como se comportan, como huelen, como se comunican, los sonidos que emiten, como maman, se enfadan, etc. Hubiera estado horas y horas, pero el frío y el viento casi insoportable hicieron que nos fuéramos sin mucha pena. Después de ver leones marinos, comimos en una explanada que me recuerda a un salar. No había absolutamente nada, en su profundidad solo se veía blanco. Hacía mucho frío también así que comimos algunos dentro del camión.

Después de la comida seguimos a Spitzkoppe, antiguo santuario bosquimano. Conjunto de formaciones rocosas de granito rojo en la yerma región del Damaraland. Se llama el "Mathernhorn" de África donde las rocas forman unas curiosas y bellas formas debido al enfriamiento y posterior erosión de un inmenso complejo ígneo. La tonalidad es rojiza pero cuando llegamos allí estaba nublado. Fuimos a ver el atardecer y las pinturas bosquimanas, dicen que son las más importantes las de "Bushman paradise".Nos ayudamos de una cadena para subir el conjunto de formaciones rocosas y para bajar pues las subidas eran pronunciadas aunque no resbalaban. Me encantaron esas formaciones rocosas, las pinturas menos pero era imprescindible conocerlas y verlas.

Atravesamos la región de Damaraland donde visitamos los petroglifos de Twyfelfontein, Patrimonio de la Humanidad. Es una de las zonas más inhóspitas el país donde predomina el árbol mopane y donde se pueden ver baobabs. Es uno de los mejores conjuntos rupestres de África, con más de 5.000 representaciones de la zona conservados casi perfectos desde hace mínimo 2000 años y máximo 6.000 años de antigüedad. Se trata de un valle amplio con gigantescos peñascos donde los habitantes prehistóricos de estos parajes revelaron cómo percibían su universo. Las imágenes era la manera que tenían de comunicarse y los dibujos están basados sobre todo en animales, representan animales y seres humanos. Los cazadores-recolectores bosquimanos de la Edad de Piedra fueron los autores de la mayoría de los grabados y pinturas rupestres.

La semana siguiente seguiré contando mi recorrido en este viaje. Mientras tanto os invito a que viajéis conmigo a través de las fotografías de "Fotógrafos de África". Sólo tenéis que buscar en las redes sociales y comenzara vuestro viaje desde casa.

Hasta la semana que viene!

Ana Mansergas

Redactora de Radio Valencia Cadena SER

 
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