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El mejor compositor para la mejor película

En muchas listas figura como la mejor película de la historia. Cualquier clasificación, no obstante, es siempre algo subjetivo pero sea o no la mejor es indudable que “Ciudadano Kane” es uno de los films más influyentes y revolucionarios de todos los tiempos. Innovador por su estructura de guión, por el uso de la profundidad de campo, la perspectiva sonora y otras muchas originalidades que cambiaron el lenguaje cinematográfico.  

A menudo se suele atribuir la obra maestra que es sin duda “Ciudadano Kane” a la genialidad de su director y protagonista, Orson Welles, pero lo cierto es que aquel reto artístico solo fue posible gracias a la confluencia en un mismo equipo de varios genios. “Ciudadano Kane” no sería lo que es sin el guión de Herman Mankiewicz, la fotografía de Gregg Toland, el montaje de Robert Wise, la dirección artística de Perry Ferguson y, desde luego, sin la música de Bernard Herrmann.  

Algunos de ellos eran ya veteranos en sus trabajos. Welles y Herrmann en cambio debutaban en el cine con “Ciudadano Kane”. Se habían conocido en la cadena de radio CBS donde el músico, con tan solo 23 años, había empezado a componer sintonías y piezas musicales para los espacios dramáticos de la emisora. Entre ellos los que ofrecía Orson Welles con sus actores del Mercury Theatre. El más recordado fue sin duda la emisión de “La guerra de los mundos” que en 1938 hizo creer a los norteamericanos que estaban siendo invadidos por marcianos.  

La fama que le dio aquella emisión precisamente hizo que la RKO le firmara un contrato para dirigir con total libertad creativa su primera película y Orson decidió llevarse con él a Bernard Herrmann. El músico gozó de condiciones de trabajo bastante insólitas para la época. Para empezar dispuso de doce semanas para componer la banda sonora cuando lo habitual eran tres. Además trabajaba en el estudio, mientras se rodaba y editaba la película, lo que permitió un encaje milimétrico de la música con las imágenes, y varias escenas fueron montadas en función de la partitura y no al revés como era lo normal.  

En lo estilístico también la banda sonora de “Ciudadano Kane” resultó bastante inusual. Rompió la costumbre del Hollywood de aquel entonces de que la música sonara durante toda la película, usándola en su lugar en momentos puntuales y solo utilizando la orquesta sinfónica en un par de ocasiones; el resto del tiempo Herrmann prefería conjuntos de pocos instrumentos. El músico crea dos leitmotivs principales que ya se escuchan y se mezclan en la primera escena de la película. El compositor los hace sonar con tonalidades bajas y oscuras creando una sensación fantasmagórica que acompaña las imágenes de la muerte de Kane en un tétrico Xanadu.  

El primer motivo solo tiene cinco notas y es el llamado leitmotiv del poder que expresa la ambición del protagonista. Lo escuchamos repetidas veces a lo largo de la película en escenas que tienen que ver con el imperio que va forjando Kane.   El otro tema principal es el leitmotiv de Rosebud que, como ya sabéis, es el trineo con el que el protagonista jugaba de niño y representa la nostalgia de una infancia que no pudo disfrutar. Este leitmotiv tiene también pocas notas y un aire triste que acompaña los recuerdos de Kane cuando habla de su pasado o piensa en él.   Hay también numerosos temas de muy corta duración. A veces tan solo son ráfagas musicales de apenas unos segundos que sirven para pasar de una escena a otra, tal y como Herrmann las usaba en la radio y poder dejar así los diálogos libres de música. Otras veces se trata de piezas breves y animadas que ilustran montajes de escenas sin diálogos, como el esquerzo que suena mientras vemos como el periódico de Kane va aumentando su tirada.

O el vals de fondo sobre el que Welles resume en pocos segundos el primer matrimonio del protagonista, con varias escenas de desayunos cada vez más desangelados.

Uno de los pocos momentos en los que Herrmann utiliza la orquesta sinfónica al completo son las escenas de la ópera. El magnate se empeña en que su segunda esposa debute como cantante, algo para lo que no está dotada. Para estas dos escenas Herrmann compuso el aria de una ópera ficticia. La línea vocal está escrita para una soprano con una tesitura muy alta a la que no puede llegar el personaje de Susan. La idea consistía en que así su voz sonara débil, pero no demasiado terrible, ya que Kane no era ningún ignorante para empeñarse en hacerla subir a un escenario de no tener alguna oportunidad. Con esa debilidad vocal se justificaba su fracaso.  

“Ciudadano Kane” se estrenó el 1 de mayo de 1941. Aunque la crítica la trató bastante bien, el público no respondió en los cines con demasiado entusiasmo. Fue nominada a nueve Oscar pero finalmente solo ganó el premio al mejor guión. Se dice que el multimillonario William Randolph Hearts, en el que parece bastante evidente que estaba inspirado el personaje protagonista de la película, presionó a través de sus periódicos para que “Ciudadano Kane” no triunfara.  

La banda sonora de Bernard Herrmann tampoco consiguió la estatuilla pero, curiosamente, el compositor ganó el Oscar aquel mismo año por otra partitura bastante más anodina, la de la película “El hombre que vendió su alma”. Director y músico volverían a colaborar en “El cuarto mandamiento”, la siguiente película del primero, pero acabaron peleándose por el montaje reducido al que el estudio obligó a Welles y que mutiló gran parte de la música de Herrmann. Con su primera película Orson Welles había llegado a la cima de su carrera, a partir de entonces diferentes problemas se cebarían con el resto de sus películas y nunca volvería a gozar de una libertad creativa igual. Para el músico en cambio “Ciudadano Kane” fue solo el comienzo de una carrera extraordinaria que ha hecho que, hoy en día, muchos consideren a Bernard Herrmann el mejor compositor de la historia del cine.  

Esta semana charlamos con el director Mikel Rueda que ha estrenado la película “A escondidas”, la historia de un chico marroquí de quince años que está a punto de ser expulsado de España y conoce a otro chaval español de su misma edad. Entre los surge entonces una amistad y una relación muy especial. Todo ello se cuenta mientras suenan numerosas canciones de pop y rock independiente. El director reconoce que ha elegido según sus gustos personales y que probablemente todas esas canciones nada tienen que ver con la música que escucharían esos dos chicos, pero ayudaban emocionalmente a que la película fuera por los derroteros que él quería.

Las Tortugas Ninjas, estos curiosos personajes nacidos del cómic que ya tuvieron versión cinematográfica en los años 90 del siglo XX han vuelto a las pantallas. Leonardo, Rafael, Donatello y Michelangelo han desembarcado este viernes en nuestras pantallas con el relanzamiento de esta franquicia cinematográfica que ha sido rodada con la técnica de animación GCI, la misma que ya se usó en “Avatar” y que permite que estos curiosos seres se muevan como si fueran reales y se mezclen con actores de carne y hueso. El reparto está encabezado por Megan Fox y Johnny Knoxville, la estrella de “Jackass” y de la música se ha encargado Brian Tyler. 

Después de componer las bandas sonoras de “Iron man 3”, “Thor, el mundo oscuro” y la próxima película de los Vengadores, aún por estrenarse, parece que Brian Tyler lleva camino de convertirse en el nuevo chico favorito de las películas de superhéroes. Algo bastante lógico ya que en su filmografía abundan las películas de acción y aventura como las sagas de “Los mercenarios” o “A todo gas”. La música de Tyler para “Ninja Turtles” sigue su estilo habitual: gran despliegue orquestal, temas potentes con mucha percusión y acertada utilización de los coros para darle un cierto tono épico al asunto.  

Y como mandan los cánones hay también un buen tema principal, heroico y lleno de fuerza, destinado a mantenerse en las próximas secuelas.   En nuestra sección dedicada a las canciones nominadas a lo largo de la historia de los Oscar hoy nos quedamos en 1942, el mismo año en que Bernard Herrmann ganó la estatuilla. No por “Ciudadano Kane” como decíamos antes, sino por “El hombre que vendió su alma”. Los premios se entregaron durante una cena en el hotel Biltmore de Los Angeles. Bob Hope fue el maestro de ceremonias de una gala bastante austera, ya que el país estaba en guerra. Los invitados no lucían trajes caros ni joyas y el dinero que se ahorró en los fastos fue donado a la Cruz Roja. Aquel año hubo seis canciones nominadas. La primera era un tema de la película “Ridin’ on a rainbow”, un western musical protagonizado por la estrella del country Gene Autrey que era, claro está, quien cantaba la canción: “Be honest with me”.   “Dumbo”, la película de Walt Disney, concursaba con otra canción de su banda sonora. Era “Baby mine”, la nana que mamá elefanta le cantaba al pequeño elefantito orejudo. La voz la ponía Betty Noyes.   La tercera nominada pertenecía a “Reclutas”, una película del dúo cómico Abbott y Costello. En varias de sus películas intervenían las Andrews Sisters, el famoso trío vocal femenino, y en ésta en concreto cantaban una canción que se convertiría en un gran éxito: “Boggie woogie bugle boy of Company B”.   “Blues in the night” era una película de ambiente jazzistico en la que como curiosidad diremos que el futuro director Elia Kazan hacía de actor. El tema central de la película, titulado como la misma, “Blues in the night”, se iba a convertir en un standard de la música americana. Originalmente la cantaba el actor de color William Gillespie en una escena carcelaria.   Otro tema de jazz, en este caso de big band, era el que pertenecía a la película “Tú serás mi marido”, una comedia protagonizada por la actriz patinadora Sonia Haine. En ella aparecía también Glenn Miller con su orquesta que interpretaba un tema que se convertiría en un clásico de su repertorio: “Chattanooga choo choo”. En la película la canción la cantaban y bailaban Dorothy Dandridge y los Nicholas Brothers.   Pero la canción que finalmente ganó el Oscar en 1942 fue “The last time I saw Paris”, un tema de Jerome Kern con letra de Oscar Hammerstein II perteneciente a la película “Lady be good”.   La canción la interpretaba Ann Sothern y hay que decir que no era un tema nuevo; un par de años antes Tony Martin la había convertido en un gran éxito. Por entonces cualquier canción que sonara en una película podía aspirar a la estatuilla, aunque no fuera original. Eso no gustó ni a Jerome Kern ni a Oscar Hammerstein II que no se sentían felices con el premio, hasta el punto de que presionaron a la Academia para que cambiara las reglas. Lo consiguieron y a partir de entonces solo pudieron ser nominadas canciones escritas especialmente para una película.

Otra de las secciones nostálgicas de “Notas de cine” es la que titulamos “Aquella canción” y está dedicada a famosas canciones que suenan de forma diegética en las películas y que en nuestra memoria han quedado unidas a determinada escena. El reciente estreno de “Jersey Boys”, la película de Clint Eastwood que cuenta la vida de Frankie Valli y los Four Seasons, nos ha hecho recordar un conocido tema que Valli grabó en solitario y que ha sonado en varias películas. Nos referimos a “Can´t take my eyes off you”, no puedo quitar mis ojos de ti.   Un tema que Valli grabó en 1967 y que llegó al puesto número 2 de la lista de éxitos del Billboard. En 1999 en la película “10 razones para odiarte” un joven Heath Ledger se la cantaba a Julia Stiles cuando quería reconciliarse con ella. Diez años antes, en 1989, Michelle Pfeiffer también la interpretaba. Era parte del repertorio de “Los fabulosos Baker Boys”.  

Pero en la película en la que más la recordamos es “El cazador” de Michael Cimino. Suena un par de veces, primero en el jukebox de un bar en el que Robert de Niro, Christopher Walken y el resto de la panda de amigos paran para tomarse unas cervezas. Pero es minutos después, durante la celebración de la boda del personaje de John Savage, cuando la orquesta que ameniza el baile la interpreta en directo.  

Todos acaban bailando al son de su melodía. La utilización de “Can’t take my eyes off you” no es nada caprichosa. Por una parte Cimino la usa para situar cronológicamente la historia. Ya hemos dicho que el tema fue grabado en 1967, es decir durante la Guerra de Vietnam que es el centro del argumento del film. Por otro lado se trata de una canción alegre y optimista. Una alegría que acabará justo cuando los amigos van a la guerra y sus vidas cambian para siempre.  

Pero “Ciudadano Kane” y “El cazador” no son los únicos clásicos de los que nos ocupamos en el programa de esta semana. El lunes día 20 de Octubre se cumplen 20 años de la muerte del actor Burt Lancaster y el canal TCM le dedica ese día una programación especial con la emisión de algunos de sus títulos más conocidos como “Forajidos”, “El hombre de Alcatraz”, “Trapecio” o la película de la que hablamos en el programa: “De aquí a la eternidad”.  

En “De aquí a la eternidad” se recuerda sobre todo el beso que se dan Burt Lancaster y Deborah Kerr en la orilla del mar, mojados por las olas. Fue el director Fred Zinnemann quien tuvo la idea de rodar esa mítica escena ya que, como tal, no estaba en el guión. Una escena que concentra a la vez romanticismo, pasión y carga erótica. La película fue un gran éxito de público y crítica. Ganó 8 Oscar, entre ellos el de mejor película y mejor director. Los dos actores secundarios, Frank Sinatra y Donna Reed también fueron galardonados. 

Y es que la película acabó siendo muy importante en las carreras de varios de sus protagonistas. Deborah Kerr por ejemplo, a la que siempre solían ofrecer papeles de mujeres ingenuas, rompió esa imagen con el papel de esa esposa de un oficial que comienza una relación adúltera con el sargento al que da vida Burt Lancaster, que con este personaje también cambió su registro habitual. Hasta entonces había explotado al máximo su extraordinario físico y sus cualidades atléticas. A partir de “De aquí a la eternidad” empezaría a apostar más por personajes que le exigían mayor capacidad dramática. Y qué decir de Frank Sinatra al que la película hizo salir del bache profesional que atravesaba. Gracias a su personaje de soldado Maggio y al Oscar que ganó por él, su carrera se relanzó. Un papel que, como cuenta la leyenda y se recrea en “El padrino”, consiguió gracias a la intervención de la mafia.  

Y como venimos haciendo a lo largo de esta temporada nos despedimos felicitando por su cumpleaños a un músico de cine. Este domingo 19 de octubre cumple 64 años el elegante compositor británico George Fenton, autor de bandas sonoras como “Gandhi”, “Grita libertad”, “Atrapado en el tiempo” o “Tienes un e-mail”. 

Antonio Martínez

Antonio Martínez

Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...

 
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