No basta con pedir perdón

Madrid

La actual presidenta del Partido Popular de Madrid y ex presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, expresó ayer su sentimiento de profunda vergüenza por lo ocurrido en su partido y en la administración autonómica durante su mandato y ha asegurado que no piensa eludir su responsabilidad. Es una reacción políticamente adecuada: pedir perdón y aceptar que se ha tenido responsabilidad. Porque, aunque se niegue el conocimiento o implicación directa en los hechos, no es posible que exista una red de corrupción que alcanza a quien fue su número dos y a varios alcaldes la Comunidad sin que quien fue la persona encargada de elegirles y controlarles se sienta implicada. Queda por ver en qué se traduce esa voluntad de asumir responsabilidades, que no debería dilatarse en el tiempo.

En cualquier caso, la reacción de Aguirre debería ser una pauta a seguir por otros cargos de su partido. Todavía no se ha oído decir a Rajoy o a Dolores de Cospedal que se sienten profundamente avergonzados por las actividades ilegales de quien fue el tesorero de su partido, o por la financiación ilegal de algunos de sus actos y campañas electorales. Claro que como muy bien ha visto Esperanza Aguirre, a los ciudadanos no les sirve sólo con que se les pida perdón: necesitan comprobar que las cosas que se hacen tienen consecuencias, también en política.