Un debate serio y digno

Madrid

El presidente del Gobierno no quiere que se celebre un pleno en el Congreso para tratar sobre la corrupción. Se equivoca.

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Es cierto que este país no necesita un nuevo debate en el que gobierno y posición se escondan tras el “tú más” con el que abruman a los ciudadanos. No necesitamos que el Parlamento sea un guirigay que emule a las tertulias televisivas. Necesitamos un Parlamento que recupere su papel central y que permita un debate sereno y responsable, que ayude a atajar la terrible desmoralización que padece nuestra sociedad. Un debate pensado, serio y sincero en el que se reconozca la verdad. Es decir en el que se reconozca que la corrupción tiene una profunda raíz en los partidos políticos, no en todos, por supuesto, pero si en buena parte de ellos, los más grandes. Un debate serio en el que quede claro que no es la sociedad la que esta corrupta sino determinado circuitos políticos y económicos. En el que no se firme un gran pacto sino que se tienen un serio problema moral y anuncien nuevos mecanismos de limpieza y dimisiones. Si no se produce ese debate riguroso y sobrio, si el PP permite que el Parlamento quede una vez más desautorizado ante los ciudadanos, y si los principales partidos de este país no son capaces de organizar una reunión severa y digna sobre lo que ha ocurrido, no deberían extrañarse de los resultados que predicen los sondeos del CIS.