La cruz de volver a la élite

Madrid

El Liverpool no es lo que era, no aspira a los títulos, pero verle de nuevo en Europa es una gran noticia. Su curso pasado fue una exhibición constante al que un resbalón de Gerrard les privó de su primera liga desde que ésta tiene la nomenclatura Premier League. El cuento de hadas se esfumó, ahora Anfield está acostumbrándose a vivir sin su líder del curso pasado, Luis Suárez, y las sensaciones no son positivas. Por si fuera poco, el doble enfrentamiento contra el Real Madrid ha llegado en el mejor momento de los merengues.

En lo referente a la clasificación, la temporada no ha arrancado tan mal: a tres puntos de los puestos europeos con invitados supuestamente temporales por esos lares como West Ham, Swansea y Southampton. Si nos ceñimos a lo mostrado en el terreno de juego algo falla. Es lógico que del trepidante ritmo que proponía la terna ofensiva Luis Suárez, Sturridge y Sterling; a la pausa que ofrece Balotelli como hombre más adelantado haya un proceso de adaptación complejo. Tácticamente hay variaciones y cuesta definir un once tipo, un panorama opuesto para Rodgers. El sistema ofensivo era autosuficiente: Suárez acortaba las distancias entre líneas y nutría de balones a Sturridge, que se destapó como un gran definidor, y Sterling sorprendía tanto al espacio como filtrándose por cualquier recoveco rival. Un ataque que rescataba incluso en los peores días, sólo necesitaban una ocasión. Actualmente la baja de Sturridge les aleja del área y los fichajes para el ataque (Markovic, Balotelli y Lallana) son un perfil distinto que demandan generar ellos el ritmo y no entrar en un torbellino en campo rival, donde Sterling sí puede marcar las diferencias.

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No todo puede estar en el campo, con el regreso a la Champions League el contexto es diferente. Las tornas han cambiado, ahora el Liverpool tiene un calendario de equipo grande, obligado a convivir con los partidos entre semana y necesitado de la aportación de los actores secundarios de la plantilla. Si en todo el curso 2013/14 el Liverpool disputó un total de 43 partidos, en el actual superará esa marca ya sólo entre liga y fase de grupos de Champions. Una carga física extra para un conjunto que deslumbró con despliegues ofensivos veloces y mantener el pie sobre el acelerador los 90 minutos.

Actualmente al Liverpool ya se le han escapado 16 puntos en lo que llevamos de Premier League. Un bagaje agridulce cuando el objetivo es reinstalarse en la élite del fútbol europeo y para ello la cuarta plaza es una obligación. El verano estuvo orientado a ese objetivo, se aportaron variantes a la plantillas y el dinero ingresado por Luis Suárez permitió dar profundidad: Lallana, Lambert, Markovic, Balotelli, Emre Can, Manquillo, Lovren y Alberto Moreno. Recursos y más recursos para afrontar cuantos más partidos mejor.

De momento Rodgers está teniendo problemas para activar a la mayoría de fichajes, únicamente los defensas -Lovren, Manquillo y Alberto Moreno- han aterrizado de pie. Las rotaciones con vistas a las jornadas de Champions no le han funcionado al técnico galés, si contabilizamos los partidos de Premier previos y posteriores a un choque europeo el Liverpool acumula ocho puntos de 21 posibles. Evidentemente hay motivos futbolísticos de peso para analizar esta situación irregular del Liverpool pero no podemos olvidar la influencia de un calendario apretado en una plantilla que estaba acostumbrada a un partido semanal.