Caballero Bonald: "Si yo fuera más joven, habría puesto tierra de por medio"

Madrid

Caballero Bonald tiene claro el diagnóstico: vivimos en un país "desajustado", que a veces le hace sentir "iracundo". Un estado de ánimo con difícil solución: "Si yo fuera más joven, habría puesto tierra de por medio para calmar la iracundia con la distancia. Lo que ocurre cada día está constituyendo un bloque de agobios cotidianos que yo creo que no conducen a más que el abismo. Me quita el sueño".

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Los aduladores de mediocres

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Ante la pregunta de si los medios han sido cómplices a la hora de encumbrar a mediocres su respuesta es clara. El periodismo también está en crisis: "El periodismo es una profesión muy noble, muy ilustre pero desemboca en amaneramientos de tipo moral que me impiden reconocer que la profesión esté hoy en su mejor momento". Mientras, los mediocres, siguen ahí y los define sin piedad: "gente que tiene un poer, que le ha sido otorgado por razones arbitrarias, gente que no tiene ninguna idea cultural mínimamente aprovechable, pero estan ahí ordenando el futuro del país".

Entre tanto desencanto, es consciente de que la palabra utopía ha vuelto a los discursos

Caballero Bonald tampoco deja de mirar al pasado y no ahorra críticas a la Transición: "Estoy cada vez más convencido de que la Transición fue un apaño de urgencia, una componenda de última hora". Y añade: "hoy permanece latente un Farnquismo que de vez en cuando resurge. Hay un Franquismo oculto detrás de muchas actitudes de la derecha. El Franquismo latente no se eliminó en la Transición".

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¿Existe la ira ciudadana o el enfado es sentido común?

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Bonald reconoce que estamos en una situación de fin de ciclo, donde el futuro se presenta incierto. Sigue la actualidad y las encuestas. Le entusiasmó el 15M y analiza ahora a sus herederos, a Podemos. Asegura que "Podemos es un fenómeno muy positivo, pero muy inseguro. Hay una especie de separación entre lo que ellos quieren y lo que ellos pueden. Creo que tendrían que educarse para ser dirigentes políticos. No lo son todavía".

A Caballero Bonald no le gusta ser profeta. Por eso se mueve en el terreno de lo posible: "Hay algo de fin de ciclo. Estamos al borde de una historia. La historia se ha terminado y empieza otra forma de entender el mundo y la vida. A ver a dónde lleva".