El amor era esto

Madrid

Después de mostrar cierto pesimismo en torno al amor y, sobre todo, a las relaciones, en películas como Keeps the lighs on o El juego del matrimonio, el director estadounidense, Ira Sachs, uno de los más celebrados del circuito independiente de Estados Unidos, se torna mucho más esperanzado en El amor es extraño, un drama romántico donde retrata una historia de amor sincero, profundo y hasta ejemplar.

Alfred Molina y John Lightgow son una pareja de gays neoyorquinos y sesentones que deciden casarse en 2011, tras aprobarse en su querida y moderna ciudad el matrimonio homosexual. La boda provoca el despido de George (Alfred Molina), que trabaja como profesor de música en una escuela católica. La pareja se ve obligada a vender su coqueto apartamento y a vivir separados hasta que la situación se arregle. George se queda con unos vecinos fiesteros, mientras que Ben se va a casa de unos familiares. La separación pone a prueba su relación que dura 39 años.

La actuación de Molina y Lightgow destaca por la química que hay entre ellos y por funcionar sin necesidad de recurrir a grandes aspavientos y dramatismos. De hecho, ese es el éxito de la cinta. Ira Sachs evita los grandes acontecimientos familiares, los grandes dramas de la vida de este matrimonio; para centrarse, como hiciera Linklater en Boyhood, en el retrato cotidiano de una relación que debe sobreponerse a un bache y decidir si ese bache acabará con ella o la hará más fuerte. En El amor es extraño da igual si estamos ante una pareja homosexual o heterosexual, la cuestión no es esa; aunque haya cierta reivindicación, como es lógico y esperado.

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El amor es extraño tiene dos cosas interesantes, además de este retrato del amor adulto y sereno. Por un lado, el retrato de esa progresía neyorquina, moderna pero incapaz de mirar más allá de su propio ombligo. Esos amigos y familiares modernos y divertidos, pero incapaces de responder cuando empieza la tormenta. Por otro, la relación de uno de los miembros de la pareja, Ben (John Lightgow), con su sobrino adolescente, que está descubriendo el amor, y la relación con el padre de este sobrino y su esposa (Marisa Tomei), en plena crisis de pareja.

En definitiva, Sachs disecciona la crisis de pareja desde varias perspectivas y emociona con su trabajo más optimista sobre el amor.