El biógrafo de Napoleón
Emil Ludwig, que entrevistó a Mussolini o Stalin entre otros, es autor de una de las biografías más rigurosas y amenas sobre el artillero más famoso de la historia
Madrid
Hay varias biografías de Napoleón en español, pero todos los historiadores están de acuerdo en que la escrita por el periodista alemán Emil Ludwig, Napoleón, publicada por Editorial Juventud y que ya supera la decena de ediciones, ha mantenido todo su interés y sigue siendo un ejemplo de trabajo biográfico riguroso y ameno. Muy pocas obras históricas pueden sostenerse pasados los años. Esta lo hace.
Nada mejor que conocer la opinión del autor sobre su libro, recogida hace ya más de cincuenta años. "En este libro he tratado de escribir la historia interna de Napoleón. Cada divergencia de opinión con sus hermanos o su esposa, cada hora de melancolía o de arrogancia, sus accesos de ira o de emoción, sus astucias con el enemigo y sus bondades con el amigo, cada palabra a sus generales o a las mujeres (tal como aparecen registradas en sus cartas o conversaciones auténticas), me han parecido más importantes que el plan de batalla de Marengo, las cláusulas de la paz de Luneville o los detalles del bloqueo continental”.
“En este libro, todas las frases citadas, con excepción de los soliloquios, son rigurosamente históricos. El autor desearía pudiera aplicarse a él el juicio de Gœthe sobre las Memorias de Bourrienne: ‘Toda la aureola, toda la ilusión de que periodistas, historiadores y poetas han rodeado a Napoleón, desaparece ante el realismo aterrador de este libro".
Ludwig fue un maestro del periodismo mundial, entre otras cosas, por sus entrevistas a los «grandes», como Mussolini o Stalin, que planteaba a sus interlocutores preguntas en absoluto obvias, nunca complacientes. Su interés por las personalidades históricas le condujo a la biografía, como la de Schliemann, el visionario buscador de Troya que no permitió que la realidad le fastidiara la leyenda. Ludwig es tan hábil en su narración que puede llegar a pensarse que nos hemos deslizado en una novela. No es así, y por eso conserva el respeto de los historiadores y varias de sus obras son editadas permanentemente.