Presionen al fiscal

Madrid

Asistimos con normalidad a un espectáculo soterrado en el que el fiscal general es presionado por el gobierno sin que ocurra nada. El ejecutivo está enfadado porque no presentó una querella contra Artur Mas. Porque el gobierno da por hecho que la querella ha de presentarse aunque los fiscales tengan dudas. En pleno desconcierto, la líder del PP catalán, oficiosa portavoz de la fiscalía, anticipó la supuesta querella.

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Torres Dulce no parece dispuesto a dimitir y hace bien. Mientras, seguimos haciendo la digestión de tanta injerencia política. Confunden la dependencia jerárquica con la autonomía del fiscal en la defensa del interés público y la legalidad. Y la sociedad tragando, como si fuera normal una práctica que degrada al Estado y construye una democracia de tercera. Y así vamos, tragando y tragando, hasta la derrota final.