“¡Quítese el sombrero, señora!”

Madrid

El 20 de noviembre del año 1903, el gobernador civil de Madrid Juan de la Cierva publicó un bando municipal en el que prohibía a las señoras que acudieran al teatro permanecer con los sombreros puestos en el patio de butacas. Esto, que parece una cuestión de sentido común, provocó no solo la negativa de muchas damas a quitarse el sombrero, sino una respuesta aún más contundente con el uso de sombreros más grandes. Para fastidiar.

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Hoy repasamos con Nieves Concostrina en Pretérito imperfecto, como siempre dentro de Todo por la Radio, las anécdotas más llamativas de esta ya de por sí pintoresca prohibición. Por aquel entonces, los sombreros eran realmente voluminosos e impedían que los espectadores que estuvieran detrás no vieran más que los extremos del escenario.

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Plumas, flores y lazos, todo de gran tamaño, eran la moda en aquellos lejanos años. Esto fue también caldo de cultivo para viñetistas y caricaturistas, que no dejaron pasar la oportunidad de plasmar en sus tiras las quejas de los hombres cegados por esos tocados... poco transparentes.