Denuncia, es el único camino

El Black Friday de estos últimos días ha servido para que muchos consumidores puedan “cazar” productos con importantes descuentos en unas jornadas en las que el comercio ha querido activar el consumo. Un trampolín de cara a la próxima Navidad y que, sin caer en el consumismo, en el gasto por el gasto, ha resultado positivo para muchos. Pensemos en el descuento de los consumidores y pensemos en un comercio abrumado por el escaso consumo y que con días así, recibe un balón de oxígeno importante. Para todos.

Dicho esto, no faltan los “pícaros” que aprovechan días así para enturbiar las jornadas con falsas ofertas, descuentos en productos descatalogados o en números de existencias ridículos, los que no descuentan de inmediato – sin suficiente transparencia - sino en futuras compras… Cosas del marketing y la picaresca que los consumidores debemos acostumbrarnos a detectar, contrarrestar… ¡y hasta denunciar en algunos casos!

Los consumidores tenemos que ser cada día más activos para utilizar los mecanismos que nos permite la legislación para denunciar abusos, picaresca, malas prácticas. En una época en la que las autoridades de consumo ya sabemos que, en general, no destacan por su “celo” a la hora de buscar a quienes infringen las normas básicas de protección a los consumidores – telefonía, banca, energías y otros muchos de uso común copan los primeros puestos de las reclamaciones y ahí sigue el problema año tras año -, no nos queda otra que denunciar, y denunciar, y denunciar. Ya se que alguien puede decir que sirve para poco, pero teniendo parte de razón, o mucha razón, no es cierto que no sirva. Muchas veces sirve y es fundamental.

Deberíamos estar obligados a defender lo nuestro por nuestro bolsillo y por solidaridad con los demás. Y hay que hacerlo denunciando a los responsables de consumo de nuestra comunidad, de nuestro ayuntamiento. En las OMIC, en las Juntas Arbitrales, a través de las asociaciones de consumidores. Hay que solicitar sin miedo las Hojas de Reclamaciones allí donde creamos que nuestros derechos han sido vulnerados. Hay que recurrir también a denunciar las malas prácticas a través de la alternativa que nos ofrecen las redes sociales… Solo con esa presión conseguiremos compensar de alguna manera el poder de quienes planifican, estudian, ponen en práctica los abusos, el marketing mal entendido, los que no juegan limpio. La reclamación pone “sobreaviso” al denunciado y, en muchas ocasiones, se lo pensará la próxima vez. Quizá tú no te beneficies, pero otro seguro sí. La denuncia obligará en muchos casos a las autoridades de consumo a actuar.

La historia está llena de batallas David-Goliat en las que los pequeños se han salido con la suya. Y aquí recientemente hemos tenido algunas: hipotecas suelo, preferentes…Denuncia a los que lo hacen mal. Es el único camino. Ley de vida.