Mª Ángeles: "Bailo y canto flamenco desde el silencio. Soy sorda pero nunca me he puesto límites"

Madrid

David Casinos era un joven de 25 años cuando perdió la visión por una complicación de la diabetes. Hasta ese momento le había interesado el lanzamiento de martillo, había estudiado un módulo de automoción y estaba trabajando en este sector. Fue a raíz de la ceguera cuando vio en el deporte una válvula de escape pero, en ningún momento, pensó que pasaría de hobby a profesión. 

Ahora es un atleta paralímpico que compite en lanzamiento de peso y disco. Desde sus comienzos, en el año 1999, ha sido galardonado con el premio Olimpia, ha recogido medalla de oro en todas las competiciones en las que ha participado y está considerado como el mejor lanzador de peso ciego de la historia. Unos reconocimientos que para él significan mucho más que una competición: "El deporte ha sido para mí una forma de descubrir los talentos que tenía. Todo lo que tengo se lo debo al deporte". Tanto es así que ha escrito un libro titulado Todos los días sale el sol y, si no sale, ya me encargo yo de sacarlo para compartir su experiencia personal y profesional. 

Mari Ángeles Narváez es bailaora y cantaora y su base creativa es el silencio. Se quedó sorda a los 6 años a causa de un producto farmacológico, pero esto no fue un impedimento para alcanzar el sueño de su vida: bailar. "Desde el silencio se vive el silencio de forma muy profunda. Tengo los canales vibratorios muy desarrollados y eso me permite bailar" explica Mª Ángeles. 

Son las vibraciones y los músicos que la acompañan lo que le permite llevar el compás. Ella transmite la fuerza del flamenco con los zapateados y el sentimiento que expresa su rostro, el arte con su cuerpo y los significados de las canciones con la lengua de signos. 

Luis Miguel Bascones es investigador social y se quedó tretrapléjico a causa de un accidente de autobús. Fue un cambio significativo en su proyecto vital ya que sucedió a los 28 años, cuando atravesaba un momento de plenitud corporal y mental y fue, de la noche al día, cuando perdió la movilidad y el control de su vida. Tardó unos meses en acostumbrarse a su nueva forma de vivir pero pronto descubrió que el problema no era él, era el entorno. "Yo me sentía un error en ese mundo de calles inaccesibles pero, al final, me he dado cuenta de que el problema lo tenemos todos" afirma Luis Miguel. 

Ampliar

Luis Miguel trabaja en una empresa de tecnología que se encarga de analizar las necesidades de los colectivos más olvidados y adaptar las herramientas disponibles para facilitar sus vidas. Uno de los proyectos en el que está trabajando es una aplicación que permita escanear los códigos de barras de las cajas de los medicamentos y para facilitar la lectura del prospecto a personas mayores o con dificultades visuales. 

En el caso de Luis Miguel, lo más motivador para él fue volver a retomar la lectura. Un mundo que siempre le había reconfortado y que no tenía las barreras arquitectónicas que tiene el mundo físico. En el caso de Mari Ángeles, su pasión por el arte flamenco y, para David, el incremento de energía que le propició el deporte. Y es que, como hemos podido entender con los protagonistas de hoy, no hay más sordo que el que no quiere escuchar, más ciego que el que no quiere ver, ni menos capacitado que no entiende la diversidad.