Cifras y letras

Madrid

De todas las modalidades de indigestión informativa, tal vez la de los números sea una de las más frecuentes. Cuando se empiezan a acumular, sin más, porcentajes, estadísticas, sumas, restas, balances, promedios….puedes acabar con un carajal en la cabeza que ya no entiendes nada. Pero si se rasca un poco, los números nos permiten llegar a las letras, interpretar la realidad; y eso ya es más interesante. Hoy, por ejemplo, conocemos los beneficios de la banca en España: 7.499 millones de euros hasta septiembre, un 11% más que el año anterior. Y tú piensas: “¡buena noticia!”, porque eso significa que el sistema financiero se ha robustecido y eso es positivo para todos.Pero luego vas al desglose y te encuentras con que los créditos sólo subieron un 4%; beneficios, 11, crédito, 4 y dices: “pues la noticia ya no es tan buena”. O tiene matices.

Pero hay más números: los salarios, según datos del Instituto Nacional de Estadística, siguen bajando…a pesar de la tan cacareada recuperación económica. O sea que algo no cuadra….como tampoco cuadra –o debe chocar a más de uno- si les decimos que el sueldo tipo de un asalariado está fijado en casi 2.000 euros al mes. Claro, si esto fuera así, ni habría tanto desahucio, ni tanta pobreza, ni tanto drama…. El drama es que esta cifra es un promedio y lo que refleja en toda su crudeza es la desigualdad, que es el gran problema de España, la bomba de relojería que nos han colocado. Para entendernos: que hay sueldos por encima, incluso muy por encima de 2.000 euros al mes; pero hay otros muchos, muchísimos, abrumadora mayoría…muy por debajo. ¿Qué necesitaríamos por lo tanto en este país? Pues un pacto de rentas; y otro de productividad. Repartirnos lo que hay de forma más equitativa. Si eso se hubiera hecho hace 5,6,7 años….. seguramente el PIB estaría igual, pero nos habríamos ahorrado mucho dolor. Pero, claro, y ahí viene lo triste: ¿ustedes creen que había entonces o hay ahora alguien con autoridad para plantearlo en serio? ¿Y después coraje, y generosidad para aceptarlo? Pues no, porque este país, que sin duda tiene grandes cosas, está podrido en otras. Y mientras siga así no avanzaremos.

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