USA-Cuba: cuestión de habanos

Madrid

Cuentan las crónicas que John F. Kennedy firmó la orden que estableció el embargo a Cuba después de asegurarse de que le llegarían 1.000 unidades de los puros que fumaba. El "bloqueo", como lo denomina el régimen castrista, ha reducido en unos 70.000 millones de dólares el crecimiento de la Isla mientras que la Comisión de comercio internacional estadounidense evalúa la pérdida anual en 1.200 millones, es decir más de 60.000 en 50 años. Con el paso de los años, la medida sigue afectado al gel de las relaciones financieras y empresariales, pero al levantarse algunas restricciones, Estados Unidos se ha convertido en el tercer proveedor de alimentos de Cuba.

Los momentos más duros del embargo vienen marcados por la caída del muro de Berlín y del sosten que suponía para la economía cubana la extinta de Unión Soviética y la suspensión de los acuerdos migratorios que provocaron la crisis de los balseros. 40.000 cubanos se lanzaron al mar en todo aquello que flotase.

Entre ellos, un niño: Elián González, que fue acogido como símbolo de los querían escapar por la comunidad cubana en el exilio de Miami. Devuelto tras una decisión judicial por la administración Clinton a La Habana, el régimen lo utilizó como elemento de propaganda patriótica y marcó la ruptura de los exiliados cubanos con los demócratas. Hasta el punto que Florida fue decisivo en la elección del republicano George W. Bush, bajo cuyo mandato el músico Ry Cooder fue condenado por "comerciar con el enemigo" al grabar el disco Buena Vista Social Club con viejas glorias de la música cubana que no se habían exiliado como Compay Segundo, Rubén González o Ibrahim Ferrer.

Desde la llegada a la Casa Blanca de Obama, los habanos han sido el símbolo entre aquellos que en Estados Unidos abogaban por levantar lo que el régimen castrista denomina "bloqueo". Ahora, volverán a la Casa Blanca.