No hay razones para aguantar las mentiras

Madrid

Es muy posible que de aquí a las elecciones los ciudadanos tengan que soportar, lamentablemente, muchas mentiras políticas. Y sin embargo, no hay nada que autorice a los políticos a usar la mentira como herramienta, como tan frecuentemente se creen ellos mismos. Los políticos no se rigen por una moral distinta a la de los ciudadanos y una campaña es un contrato. No hay razones por las que se deban dejar pasar sus mentiras, si se constata que lo son, igual que no se permite que una de las partes mienta deliberadamente en un pacto legal.

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El famoso teólogo Hans Kung decía que los políticos deben ser perspicaces, perceptivos y buenos estrategas. Mejor si son inteligentes. Incluso pueden ser astutos, pero nunca deben ser maliciosos ni mendaces, es decir, no pueden tener la mentira como costumbre. Y esa debería ser una reclamación constante de los ciudadanos: en una campaña electoral los políticos no pueden usar la mentira como hábito ni como herramienta. Es válido para los candidatos, pero también para sus portavoces parlamentarios. Deberían darse cuenta de que los ciudadanos están cada día más hartos de las sonrisitas suficientes de mentirosos empedernidos, que se parten de risa con sus habilidades para engañar, e insultar, a otros, en beneficio propio.