"Ese príncipe que fui", de Jordi Soler

1520, Xipaguazin, hija de Moctezuma,  llega a un perdido pueblo del Pirineo acompañando a Juan de Grau, barón de Toloríu. Va a convertirse en su mujer, no se sabe a ciencia cierta si por voluntad propia o forzada por el conquistador.  Con ellos llega una representación de la corte azteca que servirá fielmente a la princesa hasta su muerte.

Cuatro siglos y medio más tarde, Federico Grau, hijo de un empresario catalán, descubre que Xipaguazin fue antepasada suya. Con la ayuda de Crispín y Rufus,  dos descendientes de aquella corte llegada en el siglo XVI va a conseguir sacar muy buenos réditos a su descubrimiento.