Bárcenas, también en el Consejo de Ministros
Con el ex tesorero en la calle, los esfuerzos del Gobierno por promocionar sus medidas de regeneración democrática son misión imposible
Soraya Sáenz de Santamaría durante el Consejo de MInistros(EFE)
Madrid
El Gobierno se esfuerza tras cada consejo de ministros en promocionar sus medidas de regeneración democrática, pero con Luis Bárcenas en la calle, esa misión se convierte en misión imposible.
Un día despues... Bárcenas, también en el Consejo de Ministros
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La rueda de prensa comenzaba antes de que el extesorero acusase a Mariano de Rajoy de conocer, desde el principio, la caja B del PP. Pero aún así, el nombre de Bárcenas salió en las preguntas de los periodistas. ¿Temen que Bárcenas pueda perjudicar esa imagen de regeneración? ¿Temen que pueda aparecer por platós de televisión y dañar la imagen del Gobierno y especialmente la del presidente?
Preguntas a las que la vicepresidenta trataba de contestar como si no pasara nada. "Al Gobierno lo único que le preocupa en un Estado de derecho es que no se haga justicia". Y subrayando que Bárcenas no es alguien de fiar: "Su historial de acusaciones e imputaciones es de todos conocido".
Aparte de Bárcenas, el otro nombre protagonista fue el de Pablo Iglesias. Un periodista preguntó a la vicepresidenta por las declaraciones del líder de Podemos sobre el himno de España. "Ha dicho, son palabras textuales, que es una cutre pachanga fachosa".
La vicepresidenta contestó, saltándose eso de que no responde a las declaraciones de otros líderes políticos desde la mesa del consejo de ministros: "Si no le gusta, en democracia las cosas que no gustan se insta a cambiarlas pero no se insulta a una representación de los españoles, es una falta de respeto a los españoles"
El problema es que el periodista, al preguntar, dijo eran palabras de Iglesias de esta misma semana cuando en realidad son de hace 7 años. Al finalizar la rueda de prensa el periodista pidió disculpas a la vicepresidenta por el error.
Una rueda de prensa, cortita, 50 minutos (25 para los ministros, 25 para los periodistas), que terminó más pronto que nunca porque había comenzado más temprano que nunca también, a la una menos cuarto. Los ministros tenían mucha prisa por irse a la convención del PP, aunque allí también les esperaban las preguntas sobre Luis Bárcenas.
