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Cine y TV

La estrategia del cine francés

Lejos del récord de recaudación alcanzado en 2012, el cine francés logra remontar la caída del año pasado y anota la envidiada suma de 111 millones de entradas

París

 El cine francés también ha pasado sus crisis. La estabilidad en la venta de entradas en Francia y las ventas en el extranjero se vio sacudida por dos fenómenos. El primero ocurrió en 2012, un año en el que el cine francés tocó techo logrando vender 144 millones de entradas. El otro hecho destacado no fue tan positivo. El año siguiente, en 2013, el cine francés sufría un desplome -que ya lo quisiéramos en España-, que le hacía descender a los 50 millones de entradas vendidas.

En 2014, la cosa parece que vuelve a estabilizarse y, aunque no es año de récords, sí es tiempo de sacar pecho porque las películas francesas han vuelto a superar la barrera de los 100 millones de entradas, algo que solo han conseguido dos veces en las dos últimas décadas.

Las cifras se deben, en parte, a las medidas que emprendió el Gobierno francés a principios de 2014 preocupados por esa debacle de 2013. El ejecutivo francés rebajó el IVA y lo dejó en un 5 por ciento -en España, el Gobierno del PP lo subió al 21. También hubo rebaja en el precio de las entradas a los menores de 14 años. Esas medidas, sumadas a éxitos de este año como la comedia Dios mío, pero ¿Qué te hemos hecho?, dirigida por Philippe de Chauveron y con Christian Clavier como protagonista, y a la cinta de ciencia ficción de Luc Besson, Lucy, protagonizada por Scarlett Johanson, han contribuido a esa recuperación del cine francés. Otros éxitos del cine francés han sido la cinta de animación Minuscule: Valley of the Lost Ant, el biopic de Grace Kelly, Grace de Mónaco y la adaptación de La Bella y la Bestia.

Las cifras del año se han hecho públicas en París, en el marco del Encuentro del Cine Francés, un junket organizado por Unifrance y destinado a compradores y a periodistas extranjeros que sirve de promoción y venta de su cine en el resto del mundo. Un encuentro presidido por uno de los héroes de esos datos positivos, el director Luc Besson, y de la ministra de Cultura, Fleur Pellerin

Más datos reseñables de esta rueda de prensa; por ejemplo, que los países donde más cine galo se consume son Estados Unidos, donde se han recaudado más de 123 millones de euros, y China, donde el cine francés goza cada vez de mejor salud económica.

El secreto para que el cine francés pueda sacar pecho en la era de los blockbuster radica en que, además de financiarse a través de las televisiones y las subvenciones (que alcanzan alrededor de los 700 millones), el cine galo recibe un 11,5 por ciento del precio de cada entrada de cine que se vende en aquel país. De esa manera, el cine grande financia al pequeño.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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