Seguros sanitarios, no siempre seguros…

Nadie es ajeno a los problemas de la sanidad pública, al cambio en la atención a los pacientes, en claro deterioro. Está situación, innegable aunque muchos lo nieguen, está llevando a muchos usuarios a buscar una mejor atención en la sanidad privada a través de los seguros médicos.

Pero la cosa no es tan sencilla. Ni se encuentra siempre la solución a los problemas. La sanidad privada, a través de estos seguros, también tiene su debilidades, y la prueba es que las reclamaciones y denuncias aumentan. Por ejemplo, muchos especialistas también tienen, y cada vez más, listas interminables de espera. Y hay importantes retrasos en las pruebas diagnósticas, coberturas que de repente no están cubiertas o hay cuberturas que se niegan alegando que el problema “ya lo tenía el paciente” antes de contratar la póliza... O sorpresas como que en determinadas intervenciones nos digan que no está cubierta la anestesia: por ejemplo, en un parto.

Quizá por ello no es de extrañar que en el catálogo de reclamaciones que ha recogido el comparador de seguros Rastreator, se encuentre un amplio abanico de quejas sobre muchas especialidades, que encabezan ginecología, obstetricia, traumatología o cirugía en general. Sin olvidar los errores en los diagnósticos, en mucho casos achacables a la falta de pruebas diagnósticas que tienen el origen el mismo diagnóstico que en la sanidad pública: la búsqueda del mayor ahorro, que quizá hubieran llevado a otros tratamientos, es decir, la economía por encima de la salud…

Podríamos añadir otros problemas como las subidas de las pólizas o los recortes en las prestaciones que habías contratado y que quizá se quedaron en alguna renovación… Por eso, para defender nuestros derechos, hay que estar muy atentos en las contrataciones – todo es muy bonito si sólo nos dejamos llevar por la letra gruesa y olvidamos la letra pequeña – y en el seguimiento posterior de la atención y servicios que recibimos.

Nada como revisar bien las pólizas antes de contratar para hacer una elección correcta – comparar en igualdad de condiciones y ver pros y contras de cada compañía - y nada como revisar bien las condiciones de lo que tenemos contratado si tenemos algún tipo de problema con nuestra aseguradora.

Muy atentos a los cambios bruscos en las pólizas, dinero y condiciones, sobre todo generados por la edad avanzada de algunos clientes que ya no interesan, o pacientes que dejan de interesar por sus antecedentes médicos… Ya sabéis, somos muy queridos cuando pagamos y damos pocos problemas, pero no tanto cuando cambian las cosas…

En la sanidad, la una y la otra, vamos camino de mínimos, y eso nos exige a los consumidores estar en máximos de alerta ante cualquier percance o conflicto de intereses.

Y si es necesario, ponernos en manos de profesionales para defender nuestros derechos y nuestros intereses. No solo es posible que en algunos casos puedan estar jugando con nuestra salud, que ya es grave. También con nuestro bolsillo…

Cuenta de Twitter: @JesusSoriaD