El desfile de la vergüenza

Madrid

El juez del caso Bankia imputa a los 79 directivos y consejeros de Caja Madrid y de Bankia que utilizaron las lamentablemente famosas tarjetas black. Esas tarjeta con las que gastaron hasta quince millones de euros, en viajes, compras personales, restaurantes de lujo. El juez, que les va a interrogar el mes que viene, quiere aclarar como se repartían las tarjetas y como se justificaban los gastos, porque lo que ya tiene claro es que el uso de esas tarjetas fue irregular.

Un claro mensaje de que se acabó la impunidad, esa en la que estaban instalados no solo los dirigentes de Caja Madrid, sino todos aquellos que metían la mano en la caja, se llevaban comisiones, pagaban o cobraban por trabajos que no se hacían. Esa clase política y económica que creyó que podía usar su posición para hacer lo que le diera la gana. Hoy el juez del caso Bankia les dice que se acabó. Y por eso es importante la imputación por el uso de las tarjetas de una entidad financiera que luego necesito de dinero público para sobrevivir.

En breve verenos desfilar ante el juez a la que fue cúpula de la entidad, colocada en sus despachos por el Partido Popular, pero veremos también a los consejeros que representaban a todas las fuerzas políticas y los sindicatos, no se escapa nadie. El desfile de la vergüenza, pero para que la gente se lo acabara de creer la impunidad también debería acabar para quienes permitieron que todo esto pasara y no hicieron nada, siguieron premiando a sus colegas con una silla en el consejo de administración.