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¿El retrete, por favor?

Los baños que aparecen en las películas de romanos poco tienen que ver con la realidad de su tiempo. Carlos López-Tapia nos habla del recorrido real y ficticio del bendito baño.

Swon-Corea del sur- Modern toilete Pard

Madrid

Una persona con 78 años ya habrá dedicado cinco de su tiempo vital a comer y habrá bebido unos 45 mil litros de agua. Cada uno de nosotros nos comemos unos quinientos kilos de media al año, pasando unas 28 semanas deshaciéndonos de los restos, cuando hayamos alcanzado esos 78 años de media. Los datos proceden del documental norteamericano El cuerpo en cifras y evidencian una realidad convertida en tabú en la cultura occidental.

Claudette Colbert (La señal de la Cruz)

El cine histórico no permite la recreación fidedigna del pasado en la imagen del baño, comenzando con la primera secuencia que lo representa: Popea desnuda bañándose en leche para El signo de la cruz en 1938. No abundaban las vacas en tiempos clásicos, y Paqui Ramos demuestra en el audio que la tan citada leche de burra sobrevive... además de ordeñar a una.

Miénteme cine (14/02/15)

25:11

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Cuando los productores de Psicosis vieron por primera vez la película, lo que más les molestó no fue el asesinato en la ducha de la protagonista, sino justo una secuencia anterior que hoy pasa desapercibida. Era la primera vez que una cámara enfocaba de esa manera un inodoro, y resultaba tan impropio que intentaron eliminar el sonido de la cisterna que soltaba el agua. el cine ansiaba tocar un momento tan íntimo como el del  sexo, pero se escandalizaba ante otro más natural. Esa violación del tabú fue superada en la pantalla con el tiempo, pero sobrevive con la fuerza suficiente para que la foto más vista en la web más  visitada de Japón, fuera Penélope Cruz orinando en Volver de Almodóvar.

Cuando apenas han pasado tres meses del primer día mundial del retrete instaurado por la ONU, viajamos, aunque sea virtualmente, a un parque temático dedicado a su mundo.

¿El retrete, por favor?

Y nos colamos un momento en la charla del filósofo Slavoj Zizek, para relacionar cultura y retretes. Pero la proximidad al tema todavía provoca sonrisas nerviosas o carcajadas escatológicas.

El éxito de la empresa de saneamientos Roca, líder mundial en el sector desde hace años, ha puesto a nuestro invitado en la posición privilegiada de conocer esta cultura desde Australia a Brasil, o desde China a Centroeuropa. Xavier Torras se encarga de la marca y la comunicación de Roca, así como de la fundación "Somos agua"  con proyectos en India o Marruecos, para hacer más sostenible la convivencia de siete mil millones de seres, en condiciones que van desde los peligros de enfermedad hasta los inodoros tecnológicos capaces de analizar nuestra orina para indicarnos el estado de nuestra salud, o poner en apuros a sus usuarios.

¿El retrete, por favor?

LECHE DE BURRA

De burra, de cabra, de camella… Las versiones sobre la procedencia de la leche utilizada por la reina egipcia Cleopatra son múltiples, aunque lo cierto es que el animal del que obtuviese la leche no es excesivamente importante, ni debemos imaginar bañeras llenas de leche, aunque la leche nunca ha desaparecido del todo. Con certeza histórica sabemos que la esposa de Nerón, Popea, viajaba con un rebaño de varios cientos de burras para ordeñarlos cada mañana. ¿Muchos litros de leche? Pues no, muy pocos, porque las burras solo dan leche mientras tienen pollinos y su media no supera el litro y medio diario. Sería en cambio leche más que suficiente para cuidarse la piel -salir con una máscara a la calle para que no le diese el sol- y utilizarla para prepararse su propia cosmética.

Un bebé dobla su peso en seis meses alimentándose solo de leche. Contiene básicamente agua (88%), grasa saturada (3%), hidratos de carbono (lactosa, 4,5%), así como proteínas (3%), principalmente caseína, y es rica en calcio y vitaminas.

A día de hoy un hotel alemán cercano a Munich, basa su oferta distintiva en la leche y sus derivados.

La leche de burra ha sido durante muchos siglos muy requerida por sus propiedades. En Europa y especialmente en Francia-París e Inglaterra, donde hoy se produce el queso más caro del mundo, precisamente de esta leche.

Además la leche de burra fue considerada una bebida de lujo muy apreciada por la aristocracia europea en el siglo XVIII, cuando existían lecherías especiales donde se podía acudir diariamente a tomar un vaso de leche de burra para obtener un buen cutis. Los hospitales, orfanatos y asilos, contaban con sus propias caballerizas para criar burras y a si poder alimentar a los niños y personas desnutridas.

La leche de vaca se acabo imponiendo debido a que:

1.- Era y es más económica.

2.- La burra produce un litro y medio de leche, diariamente y por el contrario la vaca suele producir 20 litros de leche al día.

3.- La burra solo produce leche mientras mama sus pollinos (seis meses), en tanto que la vaca produce leche constantemente, aunque no mame su becerro, genera leche mientras se le ordeñe.

4.- La burra produce leche a partir de los cuatro años, edad bastante avanzada.

Son muchas las recetas de belleza, tradicionales e industriales, que utilizan la leche y sus derivados, especialmente el suero y el yogur, como ingredientes activos. Pero, ¿por qué utilizar la leche como cosmético? ¿Qué hace por nuestra piel? Lo primero y más llamativo que vemos es que después de un baño lechoso la piel aparece lisa, sin irregularidades, brillante y renovada. La razón es que la leche es un exfoliante natural de primer orden, es decir, produce una ligera abrasión o peeling de la capa externa de la piel eliminando las células muertas y, con ellas, las toxinas, manchas e irregularidades, como pequeñas arrugas o acumulaciones de piel muerta. Esto es debido a que la leche fermentada contiene ácido láctico, un alfahidroxiácido o AHA natural que también se encuentra en el yogur y que además de exfoliar tiene un alto poder hidratante, por lo que suele usarse en cosméticos anti-envejecimiento. Al eliminar capas superficiales de la piel, estimula también la regeneración celular. Sin embargo, en personas especialmente sensibles puede causar reacciones alérgicas y sensibilidad a los rayos ultravioletas.

El ácido láctico es el resultado de la fermentación de la lactosa causada por las bacterias de la leche lactobacillus. Son famosos los lactobacillus añadidos a alimentos como el yogur para ser utilizados como complemento dietético. Hay muchos tipos de lactobacillus, la mayoría beneficiosos, y los humanos tenemos en nuestro organismo algunos de ellos, principalmente en el tracto intestinal y la vagina. Por ello, el medio propio de estas zonas es ácido y, al alterarlo por diversas causas y convertirse en alcalino, se producen problemas en la flora bacteriana intestinal y vaginal. Un recurso para evitar diarreas, candidiasis, prurito, etc. es tomar yogur e, incluso, aplicarlo de forma tópica en la zona genital para restaurar el pH ácido y combatir infecciones. Es esta función de restaurar el equilibrio bacteriano y luchar contra las bacterias nocivas la razón de que se utilicen activos de la leche en tratamientos para pieles grasas y con problemas acnéicos.

Burros de Amiburro / Paqui Ramos

BURROLANDIA

En Tres Cantos, una pequeña localidad cerca de Madrid, se encuentra la Asociación de Amigos del Burro.  Su presidente, Dilfenio Romero, cuida allí de 43 burros, cuatro caballos, mulos, cabras, gallinas de huevos azules, etc. Cuando las crías de las burras son grandes aprovechan para ordeñar a las madres. No la comercializan, solo lo hacen para mostrar a los visitantes cómo se hace y a qué sabe la leche de burra. En Inglaterra, el presidente del Chelsea sí lo hace. Fabrica queso de leche de burra que se vende a mil euros el kilo. ¿Por qué tan caro? Las ubres de una burra son mucho más pequeñas que la de una vaca. La cantidad de leche es por tanto mucho menor. Además es una leche que apenas tiene grasa y difícil de cuajar. En cambio tiene un montón de propiedades. Especialmente en cosmética por la cantidad de retinol natural que aporta. La probamos recién ordeñada: es muy suave como leche de vaca diluída y no es necesario hervirla. a estas alturas doy fe de que no me ha sentado mal...

 
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