América busca nuevos héroes
Desgranamos las razones por las que cada una de las ocho nominadas a Mejor Película debería o no debería ganar el Oscar
Madrid
1.- El Francotirador, Clint Eastwood (6 nominaciones)
A favor: Es una historia patriótica que ensalza el militarismo americano más primitivo y que conectado con los espectadores de su país. Es la película más taquillera de la carrera de Eastwood, hizo 107 millones en el primer fin de semana de su estreno en Estados Unidos. En un año de cine sin héroes, Eastwood sube a los altares al soldado Chris Kyle, conocido como ‘el demonio de Ramadi’ que según sus memorias eliminó entre 1999 y 2005 a 255 insurgentes en Irak. Su protagonista es el nuevo galán adorado por Hollywood, Bradley Cooper, candidato al Oscar por tercer año consecutivo.
En contra: La deshumana actitud de Kyle hacia sus víctimas ha levantado una agría polémica entre los sectores más progresistas de Hollywood que han llegado a acusar a Eastwood de hacer propagando de tintes nazis por el racismo y desprecio con el que el protagonista habla de los iraquíes. Seth Rogen ha comparado alguna de sus escenas con Malditos Bastardos de Tarantino y el director Michael Moore ha criticado duramente la figura de los francotiradores, a los que considera “unos cobardes que asesinan por la espalda”.
2.- Birdman, Alejandro González Iñárritu (9 nominaciones)
A favor: Su gran personalidad, potencia visual y originalidad. Conecta con un asunto central en Hollywood: el descontrol y el sufrimiento del ego de los artistas siempre pendientes de la aprobación ajena. La elección de Michael Keaton, un actor desaparecido y caído en desgracia como su propio personaje lo convierte en un candidato muy sólido para ganar el Oscar. La subjetividad que impone el falso plano secuencia ha sido uno de los acontecimientos cinematográficos del año.
En contra: Alejada del gusto del espectador medio americano. Demasiado gremial y retorcida para el paladar popular.
3.- Boyhood, Richard Linklater (6 nominaciones)
A favor: Es un experimento cinematográfico que emociona y supera el hecho documental de retratar el crecimiento y evolución de un niño desde los 6 a los 18 años. Resulta una certera mirada a la pequeñez de la vida humana, y a la vez es una clara instantánea de la sociedad y la familia americana, que muchas veces reposa sobre los hombros de una madre divorciada que cría a sus hijos y los ve emanciparse a los 18 años. Su autenticidad y sobriedad la convierten en monumental. Es un acontecimiento cinematográfico que perdura y daría prestigio a la Academia.
En contra: nada taquillera, nada comercial y muy lenta. La ausencia de épica tradicional ha irritado a muchos espectadores y la aleja del Oscar a mejor película.
4.- Descifrando enigma, Morten Tyldum (8 nominaciones)
A favor: Es una producción clásica que descubre una personalidad histórica cuya relevancia permanece actual, a la vez que restablece su dignidad. La figura de Alan Turing está magníficamente interpretada por el nuevo galán de moda británico, Cumberbatch, y la ambientación es espléndida. Otro aspecto a su favor es que no trata de manera morbosa la vida personal de Turing y que explica con claridad su contribución a la informática y a la resolución de Enigma.
En contra: Demasiado convencional y clásica. Ha sido muy criticada por los seguidores de Turing que consideran que se le representa como un friki extremo. Además, la homosexualidad nunca ha sido caballo ganador en Hollywood.
5.- El Gran Hotel Budapest, Wes Anderson. 9 Nominaciónes
A favor: Es la película más taquillera del director y también la más arriesgada. Técnicamente es original y su diseño de producción está milimétricamente cuidado. Anderson demuestra que es un director muy personal, capaz de buscar temas más allá de su entorno, como la decepción del pasado europeo, retratado con nostalgia cómica.
En contra: Basada en la obra de Stefan Zweig y en la Europa de entreguerras, la cinta es, quizá, demasiado europea para el gusto academicista, que nunca ha reconocido la personalidad de Wes Anderson, ni siquiera en las categorías de mejor guion. Es una película delicada, pero, como todos sus filmes, tiene mucho envoltorio y poco regalo dentro.
6.- Selma, Ava Duvernay
A favor: Es la cuota negra en un año donde se ha olvidado a los actores y directores negros. Selma es una película clásica, de esas que la Academia siempre reconoce, y que reivindica a uno de los grandes héroes norteamericanos, Martin Luther King, en un momento en el que el país está falto de héroes y de este tipo de personalidades.
En contra: Es una cinta poco arriesgada y, no nos engañemos, el 93 por ciento de los académicos son blancos y el 77, hombres; y esta es una película dirigida por una mujer negra, que reivindica los derechos de la minoría racial en un año en el que América ha vivido disturbios provocados por el racismo intrínseco de la sociedad estadounidense.
7.- La Teoría del Todo, James Marsh
A favor: Es el típico melodrama que retrata la biografía de un gran hombre, como es el científico Stephen Hawking. Encima ese gran hombre es británico y, en los últimos años, hemos visto cierta admiración hacía los genios ingleses por parte de Hollywood. Su actor, Eddie Redmayne, suena cada vez con más fuerza y podría derribar al veterano Michael Keaton. Por si fuera poco, La teoría del todo es una película con mensaje buenrollista y católico, ¿alguien da más?
En contra: Cinematográficamente hablando es la más simple de todas las nominadas. Es el típico biopic con buenas interpretaciones que busca la lágrima fácil y ahonda más en la forma de sobrellevar la enfermedad que en la obra científica del personaje. La verdad es que tiene poco que ofrecer frente a sus competidoras. Si no fuera por sus actores, estaríamos hablando de un telefilme.
8.- Whiplash, Damien Chazelle
A favor: Es la tapada de este año. Una cinta independiente que, con el permiso de Boyhood, viene a inyectar aire fresco en la categoría. La cinta ha sido una sorpresa que mezcla cine y música y que rascó dos premios en Sundance. Es una historia de superación típicamente americana, de las que Hollywood siempre ha defendido, pero la originalidad la aporta su montaje a ritmo de jazz.
En contra: A pesar del buen hacer de los interpretes, los personajes están estereotipados: un profesor ogro, que más bien parece un sargento del ejército, y un alumno sufridor del síndrome de Estocolmo. Demasiado pequeña o poco profunda para llevarse el premio de la Academia, a pesar de esa reflexión sobre la búsqueda del éxito a toda costa. Nos preocupa, y mucho, que tal y como termina la cinta, a más de un jefe le dé por copiar el comportamiento de J.K. Simmons, si es que no lo están haciendo ya.