El cine clandestino de Panahi

Madrid

Sus compañeros llevan años movilizados y un gran aplauso de júbilo resonó la pasada semana en la Berlinale al recordar a Jafar Panahi (54 años) que se alzó con el León de Oro por 'Taxi' su última producción desde la clandestinidad.

En ella, Panahi se convierte en un falso taxista y sus clientes son ciudadanos que conversan sobre la política iraní, la pena de muerte o la censura del régimen. Consiguió rodarla gracias a una cámara instalada en el salpicadero aunque tiene prohibido hacerlo. Tampoco puede salir de Irán así que fue su sobrina, Solmaz, la que recogió el premio en su nombre.

Los problemas serios con el régimen comienzan con su adhesión al movimiento verde iraní, el que nació a partir de las protestas de junio de 2009 en las que se denunciaba fraude electoral y en apoyo al candidato de la oposición Hosein Musaví.

Nazanin Amirian, profesora de Ciencia Política en la UNED, lo recuerda como el origen de la primavera árabe en la que se protestaba contra el intento de imposición de una moral de estado.

Panahi fue detenido durante el entierro de una joven fallecida durante aquellas protestas y a partir de ahí comienza lo duro. Primero, 88 días en prisión durante los cuales el director denuncia torturas y no disponer de asistencia legal en su caso, y hoy con una condena a 20 años de inhabilitación durante los cuales no puede rodar, ni viajar al extranjero ni hablar con los medios.

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Desde entonces, comienza una ola de solidaridad y reconocimiento de su obra dentro y fuera de la industria. En 2010, el Parlamento Europeo le concede el Premio Sajarov. El presidente de la cámara, Martin Schulz, destaca que "la concesión es un mensaje de solidaridad y admiración a un hombre que no se ha inclinado por miedo ante la intimidación y ha decidido anteponer el destino de su país al suyo propio».

En realidad, Jafar Panahi lleva tiempo haciéndolo. En los años 90 se dio a conocer al mundo por sus películas sobre los pobres o en defensa de los derechos de la mujer como 'El círculo', con la que ganó su primer León de Oro y el FIPRESCI de San Sebastián.

Su producción es referencia de la nueva ola de cine iraní que Marco Arrocha, director de la Muestra de Cine Europeo de Lanzarote, define como "un soplo de aire fresco entre tanto ruido audiovisual de imágenes y sonidos"

Panahi seguirá rodando, como sea. Su vida es el cine y no la entiende de otra manera. En su comunicado de agradecimiento a la Berlinale afirma que no sabe hacer otra cosa que películas. "Cuanto más me han empujado a los rincones más alejados, más he conectado con mi interior".