“Aconsejo huir de las religiones, que la búsqueda sea personal”

Madrid

Cuarenta años después de estudiar la sábana santa de Turín, el periodista Juanjo Benítez sigue enfrentado con la ciencia. En esta ocasión, su certeza de que hay una existencia después de la muerte choca con la imposibilidad para demostrarlo. De hecho, él cree en un padre azul, algo así como un Dios, que deja que a este mundo nos lleguen señales de otro mundo; y es de esa otra existencia de la que habla en su último trabajo, Pactos y señales. De hecho, él abandonó el cristianismo, ya que sus creencias iban por otro camino: "Aconsejo huir de las reiligiones, que la búsqueda sea personal".

Como cuenta el autor, él no pretende demostrar ni convencer, aunque lo cierto es que la técnica con la que documenta sus trabajos sí implica el uso de grabadoras y cámaras. Sin embargo, esas pruebas siempre resultan refutables: "Si las señales no son concluyentes, será por las normas impuestas en el más allá". De hecho, en su libro pone nombre y apellidos a los difuntos que, en principio, se habrían puesto en contacto con él.

"La casualidad le ha venido muy bien a la ciencia, pero algún día retirarán esa palabra del diccionario, con mucha vergüenza", desarrolla el navarro, ante la perplejidad de sus contertulios. El destino existe, así como la libertad es "un bello sueño". Sin embargo, esta idea se contradice con su otra idea de los pactos: los que las personas del mundo terrenal proponen a las presencias que viajan por otra dimensión. "Seguramente hay una explicación para todo, también para las desgracias. Pero no alcanzamos a entenderlas".