El turismo de 'selfie'
Museos como el Thyssen de Madrid, el museo Santa Cruz y de los Concilios en Toledo, el Metropolitano de Nueva York o la galería de los Ufizzi de Florencia, han prohibido el uso del 'stick selfie' (palo extensible para hacer autorretratos) por temor a que se dañen las colecciones
Madrid
Ni siquiera Barak Obama o el Papa Francisco han podido resistirse al fenómeno Selfie. La moda del autorretato, ya sea hecho con un teléfono móvil o con una cámara de fotos normal y subida después a redes sociales como Twitter o Instagram, va ganando cada vez más adeptos.
Para José María Álvarez Monzoncillo, catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad Rey Juan Carlos, "el selfie siempre ha existido, pero ahora hay que entenderlo en el auge de las redes sociales. Es algo que siempre ha existitdo, pero se ha ido adaptando a los avances tecnológicos".
La nueva moda ha generado el turismo de Selfie. Estar en cualquier lugar del mundo y fotografiar lo que estés viendo, pero con tu cara en primer plano. El Selfie se ha ido perfeccionando. Y para que tenga buena calidad cada vez son más los que utilizan el palo extensible para hacer autorretratos.
Algunos museos como el Thyssen en Madrid, el museo de Santa Cruz y de los Concilios en Toledo, el Metropolitan de Nueva York, el de Bellas Artes de Boston o la galería de los Ufizzi de Florencia, han prohibido los Selfies Sticks porque creen pueden dañar las obras o incluso a los visitantes. La socióloga Amparo Lasen cree que la prohibición está relacionada con "los conflictos surgidos por la falta de modales. Algo muy típico del turismo es contar lo que estás viendo, compartirlo. Ahora, con la novedad de los selfies y las redes sociales se hace de manera inmediata. Es una novedad a la que hay que acostumbrarse".
Los cada vez más apresurados turistas sacan sus herramientas y , como si se tratase de un experimento, consiguen sus autofotos en los lugares más insospechados, olvidándose a veces de cuanto hay a su alrededor.