Nueve hitos y un futuro incierto
Decálogo para entender mejor cómo una idea fortuita se ha convertido en el subtítulo de la vida para millones de usuarios. Pero no es un cumpleaños completamente feliz: Twitter está en números rojos, los seguidores no crecen como al principio, y Facebook e Instagram parecen imbatibles.
Madrid
1. Un nacimiento casual
Año 2006. Los padres de Twitter no buscaban Twitter. Jack Dorsey, Noah Galss, Biz Stone y Evan Williams trabajaban en San Francisco (California) en el lanzamiento de un servicio de radio on line que incluía un espacio, similar a la pantalla de inicio de Google, para actualizar el estatus del usuario. De hecho, uno de los primeros nombres del proyecto fue stat.us.
El sistema de podcast fracasó, fue incapaz de competir con el iTunes de Apple, pero los trabajadores de la compañía se habían aficionado a esta herramienta. En la era pre-smartphones, era todo un avance poder recibir un mensaje corto en el móvil basado en actualizaciones escritas en una web. El sistema de SMS no permitía más de 140 caracteres (caben más, pero es información técnica de la red), de ahí el famoso límite.
Faltaba el nombre. Mensajes cortos, del ordenador al teléfono, viajando por el aire. Alguien bromeó en la oficina sobre el parecido con el piar de los pájaros, tweet en inglés. Red social bautizada para postear blogs en línea y media o microblogging.
2. El SMS de Internet
Este origen de Twitter contrasta con su aplicación actual. El 80% de los usuarios accede a la red a través de sus dispositivos móviles, teléfonos o tabletas. La limitación de caracteres ha disparado la imaginación de los usuarios, hasta el punto de haber creado un vocabulario propio con un sencillo lenguaje informático universal.
- @usuario: el nombre de cada tuitero viene precedido por el símbolo ‘arroba’, como si fuera un correo electrónico simplificado. Una red sin categorías ni clases.
- #hashtag: la almohadilla sirve para englobar temas y enlaza automáticamente con todos los usuarios que estén hablando de ese asunto. Su repetición en la red genera los ‘temas del momento’, traducción libre del inglés trending topics
- cort.as: todo espacio cuenta en un tuit, así que afloran las páginas que acortan enlaces a la web. Este servicio ya es automático.
3. Morir de éxito
El crecimiento de Twitter ya era imparable en 2007. Al principio, los tuiteros tenían acceso a un muro global aunque no siguieran a nadie. Hoy por hoy, la velocidad es de 300.000 tuits por minuto. Por aquel entonces, los servidores no dieron abasto y se vinieron abajo: en el Macworld de 2008, tras la muerte de Michael Jackson en 2009 y en el Mundial de Sudáfrica 2010, no con el gol de Iniesta sino durante el Japón-Camerún: entonces se alcanzaron los 2.940 tuits por segundo.
La ballena azul (pantalla de error) ha aparecido una vez más recientemente: con el famoso selfie de Ellen DeGeneres durante los Oscar. Twitter se cayó entonces durante 20 minutos.
4. Mucha opinión, más bromas y poca noticia
Dorsey concibe Twitter como una red entre personas y esa idea invade históricamente los miles de millones de tuits publicados: más de la mitad son conversaciones o respuestas que podrían haberse quedado en el ámbito privado. Solo 2 de cada 10 mensajes son novedades, noticias o causas solidarias, y un 10% son retuits, repeticiones de lo ya publicado. Aunque en constante crecimiento, los mensajes publicitarios y spam son residuales aunque potencialmente lucrativos.
5. Del ‘¿qué estás haciendo?’ al ‘¿qué está pasando?’
La influencia de Twitter es global. La primera pregunta (invasiva) al usuario de 2006 ‘¿qué estás haciendo?’ ha acabado derivando en el ‘¿qué está pasando?’, como si fuera el subtítulo de la vida. Además, la sociedad ha explotado esta plataforma para desarrollar el denominado ‘periodismo ciudadano’ y los tuiteros han representado un papel protagonista en grandes eventos de la historia reciente, como los terremotos en Haití y Japón, la primavera árabe o el movimiento #JeSuisCharlie, en apoyo a las víctimas del ataque al semanario francés.
6. Medalla de bronce
2014 acabó con 284 millones de usuarios activos. Hay otras 220 millones de cuentas abiertas, pero permanecen inactivas. Es la tercera red social del mundo, por detrás de Facebook e Instagram. En España también es medalla de bronce, en nuestro caso por detrás de Facebook y YouTube. Aquí progresa adecuadamente, con poco más de 7 millones de tuiteros, aunque somos el tercer país del mundo que más tuitea. Le dedicamos algo más de 3 horas a la semana.
7. La dictadura de la audiencia social
El exceso de rumores y la falta de rigor en muchas informaciones publicadas restan credibilidad a Twitter como medio pero nadie duda de su poder como canal de comunicación. La lista de ‘trending topics’ se ha convertido en un barómetro social de referencia obligada para estar al día en Internet, y los artículos y programas perviven en el tiempo. En España, casi 4 millones de tuiteros han comentado algún programa de radio o televisión en el último año.
8. Censurar tanto poder
Twitter se ha convertido en un símbolo de democracia y libertad en Internet. Solo dos países, China y Turquía, tienen completamente bloqueado su acceso a la población. Recientemente, el equipo de Twitter ha sido amenazado de muerte por el Estado Islámico. El mismo Estado Islámico que tiene 50.000 cuentas en esta red social.
9. Twitter VIP
El reducto de unos pocos informáticos de hace nueve años se ha convertido en una inmensa pasarela de famosos. Del ranking mundial, superan a Barack Obama en número de seguidores dos estrellas del pop, Justin Bieber y Katy Perry. En España son tuitstars Alejandro Sanz, Santiago Segura y Andreu Buenafuente, pero siempre por debajo de cuentas millonarias de futbolistas y equipos de fútbol: por orden, Cristiano Ronaldo, Andrés Iniesta y el Real Madrid.
10. Un futuro incierto
El primer año de su salida a Bolsa puso en evidencia los primeros síntomas de desgaste: cotizó a 26 dólares en su debut (noviembre de 2013), llegó a los 74 y ahora no alcanza los 50. El camino financiero de la tecnológica se ha visto truncado por dos malas noticias: la ralentización en el crecimiento del número de seguidores y, aunque parezca mentira, los números rojos en la cuenta de resultados. Aunque ingresó el año pasado algo más de 600 millones de euros, la compañía achaca las pérdidas a la contratación de más trabajadores y a la inversión en I+D.
Por más que se reinvente, la raíz de Twitter es la palabra escrita, mientras el auge de las redes audiovisuales, como YouTube o Instagram, es imparable. También en Internet, una imagen vale más que 140 caracteres.