Dejar de esperar al príncipe

Madrid

"Blancanieves estaba perdida en el bosque, pero seguía esperando a un príncipe", recuerda la crítica de cine María Guerra. Allá por los años treinta, Disney endulzó algunos de los cuentos más macabros de la tradición literaria. Las relaciones arquetípicas entre los sexos, naturalmente, eran muy diferentes a las que creemos establecidas hoy. Sin embargo, estos relatos vuelven a estar de moda y acuden al cine. Y mientras los dibujos animados fenecen, en favor de los efectos especiales, las princesas, las villanas envidiosas y los héroes permanecen.

No solo la historia del espejo y la bruja, sino Cenicienta, Caperucita Roja o la Bella Durmiente han sido retomadas recientemente. En todas ellas, la mujer es rescatada por un hombre. Sin embargo, el catedrático de literatura Pedro César Carrillo atribuye este giro al tamiz de Disney: "En la tradición literaria hay niños y niñas maltratados, y hay versiones masculinas y femeninas de todos los personajes. También un Ceniciento". Desde que Disney poblara la gran pantalla de princesas ha habido muchos giros, y hasta los cuentos de hadas han mostrado a mujeres heroicas. Esta vuelta a los viejos estereotipos de género, así las cosas, llama la atención.

¿Hemos dejado de luchar contra aquello del sexo débil? Quizá, en un mundo en el que el machismo se cree superado, y en el que determinados mensajes superficiales se dan por sentados, alguien ha bajado la guardia. Cincuenta sombras de Grey, nada tradicional y, desde luego, nada infantil, muestra una relación en la que él es un sádico y ella una mujer sumisa. Y una oyente advierte que estos relatos misóginos están directamente relacionados con la violencia de género. También los de los cuentos de hadas.