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"Ésta es una película sobre la dignidad"

Entrevistamos a los directores de La Fiesta de Despedida, una tragicomedia sobre la eutanasia

Madrid

Los israelíes Tal Granit y Sharon Maymon han dirigido esta tragicomedia tan triste como disparatada sobre la eutanasia. Llevan un buen recorrido, ganaron el Premio del público en el Festival de Venecia y La espiga de oro de la Seminci del Festival internacional de Valladolid a Mejor película y a Mejor actiz, ex aequo para sus dos protagonistas femeninas, Aliza Rosen y Levana Finkelshtei.

la fiesta de despedida

A pesar de la inexorable amargura que arrastra su argumento, el tono hilarante subyacente invade el relato. " Para nosotros, Haneke es un gran referente, Amour es una fantástica película, pero nuestro estilo es diferente. Queríamos que el público se ríese, solo así, abrirían su corazón para escuchar atentamente lo que queremos expresar con esta historia", declaró Sharon

La idea de la cinta parte de una historia real: "Elga, la abuela de mi exnovio, murío con 80 años tras sufrir un cáncer, y vimos como la muerte vino a liberarla del sufrimiento y dolor que estaba padeciendo. Los médicos estuvieron media hora intentando resucitarla, y me pareció tan absurdo, que ahí surgió la historia de la película", declaró Tal Granit. Ellos reivindican la historia como un canto a la vida, al amor y sobre todo a la amistad, a lo que estás Dispuesto a llegar por un amigo: "La libertad de opción de cómo terminar tu vida si te encuentras en esas circunstancias, de la dignidad personal".

Enmarcada en la ciudad de Jerusalén contemporánea, La fiesta de despedida narra la historia de Yehezkel, un jubilado de setenta y cinco años que, junto a a su mujer y sus amigos de la residencia, construye una máquina para practicar la eutanasia a su mejor amigo enfermo terminal. Una vez se corre la voz por la residencia, el éxito del aparato hará que otros pacientes en condiciones parecidas reclamen su uso, y aquí empieza el debate moral y emocional del asunto entre el grupo de amigos. Lo único solucionado es la ejecución de la liturgia, pues es el propio paciente apretando un botón, quien realiza la acción, transformando lo peliagudo y embarazoso en una simple cuestión de voluntad.

La homosexualidad o la religión son temas abordados en la película. "Israel es un estado religioso, aunque la mayoría de la gente es laica. Los creyentes creen que solo Dios puede quitarnos la vida, pero por encima de eso es una cuestión moral, es muy difícil quitarle la vida a alguien. Hablamos con un médico que tuvo que tomar la decisión de acabar con la vida de un paciente, lo hizo, y nos contó que estuvo tres días sin dormir, no es un asunto fácil", afirmaron los creadores.

Sobre la homosexualidad, declararon que no tuvieron problemas en Israel con la película, "el gobierno es absolutamente anti-gay, nosotros dos los somos y no tenemos ningún problema en Tel-Aviv en el día a día, sí nos ponen problemas para celebrar el día del orgullo gay, o no nos dejan casarnos, pero no hubo problemas de censura con la cinta".

La película ha sido un éxito de público y crítica en Israel. Se estrena mañana, no se la pierdan.

 

 
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