Malena, otra vez
Faltan mujeres en las listas de Podemos, un partido que, según Iñigo Errejón, necesita candidatos de perfil retador, curtidos en la lucha directa
Malena, otra vez
01:26
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/000WB0607820150424090730/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Malena era una niña torpe, desmañada, que no sabía peinarse, que no cantaba bien, que se movía sin gracia y se manchaba cuando comía. Malena no entendía por qué todos esperaban de ella que le gustasen cosas que no le gustaban, que desease cosas que no deseaba, que hiciese a la perfección cosas que no sabía hacer. Por eso, todos los días, le pedía a la Virgen un milagro. Conviérteme en niño, por favor, porque ser niño es mucho más fácil. Conviérteme en niño, porque es que yo para niña no valgo...
Hace más de 20 años escribí la historia de Malena, que de pequeña quería ser un niño y sólo al descubrir que su manera de ser mujer era una más, ni mejor ni peor que otras, empezó a quererse a sí misma. Hace más de 20 años jamás se me habría ocurrido pensar que, en pleno siglo XXI, un chico de 30 invocara los falsos, tramposos, odiosos valores del eterno femenino, para justificar por qué faltan mujeres en las listas de Podemos, un partido que, según Iñigo Errejón, necesita candidatos de perfil retador, curtidos en la lucha directa.
Su argumento no me rejuvenece, al contrario. Me abruma descubrir, a estas alturas de mi menopausia, que la lucha de todas las Malenas de este mundo ha sido en vano. Porque lo peor es que Errejón ha dicho lo que piensa. Los seres humanos sólo podemos pensar lo que somos capaces de decir. Por eso, con plena consciencia del poder de las palabras, afirmo que lo opuesto al sonrosado, frágil y maternal concepto de la feminidad que transparentan declaraciones como esta, no es la masculinidad. Es el machismo.